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Capítulo 4 -- continuación
< --- Capítulo 4, Section 3
"La profesión médica en sí misma escogió una visión bien angosta y errónea (de la necesidad
del cuerpo de ácido ascórbico). La falta de ácido ascórbico causaba escorbuto, entonces (seguramente)
si no había escorbuto, entonces no había falta de ácido ascórbico. Nada podía ser más claro que esto.
El único problema es que el escorbuto NO es un primer síntoma de la falta sino un colapso final,
un síndrome premortal, y hay una brecha muy ancha entre escorbuto y plena salud. ¡Pero nadie sabe
qué es la plena salud! . . . "
Albert Szent-Gyorgi
1
Premio Nóbel (Medicina, 1937)
Descubridor de la Vitamina C
"Más de sesenta años de investigación en sistemas vivos me han convencido de que nuestro cuerpo
es mucho más cercano a la perfección que lo que sugiere la interminable lista de enfermedades
. . . (sus fallas) se deben menos a sus imperfecciones innatas que a nuestro abuso de él."
. . . nuevamente, Szent-Gyorgi
2
"Podríamos preguntar porqué los médicos y autoridades en nutrición han permanecido carentes de
entusiasmo . . . parece haber existido el sentimiento de que la ingesta de vitamina C debería ser
tan pequeña como sea posible, aunque se conoce que esta vitamina tiene una toxicidad extremadamente
baja. Esta actitud es, por supuesto, apropiada en medicamentos -- sustancias que no están
normalmente presentes en el cuerpo humano y casi siempre bastante tóxicas -- pero no se aplica al
ácido ascórbico. Otro factor probablemente ha sido la falta de interés de las compañías
farmacéuticas en una sustancia natural que está disponible a bajo costo y no puede ser patentada."
Linus Pauling
3
Premio Nóbel (Química, 1954)
"Habiendo trabajado como investigador en este campo, mi argumento es que un tratamiento efectivo
para el resfriado común, una cura, está disponible, que está siendo ignorada debido a las pérdidas
monetarias que podrían infligirse a los fabricantes de medicinas, revistas profesionales, y los
mismos doctores."
. . . nuevamente, Linus Pauling
4
citando a Douglas Gildersleeve, M.D.
Aunque la narrativa común, en lo relativo al escorbuto, enseña que el escorbuto fue curado hace
cientos de años, apoyo lo que Irwin Stone, Linus Pauling y Albert Szent-Gyorgyi bien decían:
el escorbuto es sólo la fase más severa de una condición más amplia de deficiencia que Stone
llamó "hipoascorbemia".
Es un completo engaño seguir la publicada Dosis Recomendada Diaria de 60 mg, cuando la evidencia
claramente sugiere que una ingesta cercana a 4 o 5 gramos por día (talvez 70 a 80 veces la cantidad
que la medicina ortodoxa y sus legiones de doctores y nutricionistas recomiendan) es más cercano
a lo que se requiere para una óptima salud humana. Para tener una idea del increíble alcance de
las investigaciones que se han publicado demostrando los beneficios del ácido ascórbico en dosis
más altas, este autor ha recomendado hace mucho tiempo una lectura minuciosa de
la obra de Stone --
(no porque sea actual o comprehensiva, sino porque es concisa, convincente, y escrita en términos
comunes). La investigación sobre ingestas más altas de ascorbato ha demostrado claramente
beneficios en una amplia variedad de dolencias y condiciones modernas -- desde resfríos y otras
infecciones virales, a enfermedades bacterianas, dolencias del corazón, ataques, alergias, úlceras,
diabetes, heridas -- incluso shock. Se ha probado que la gama de beneficios es tan amplia que
para Stone el ácido ascórbico no era un micronutriente, sino algo cercano a un macronutriente.
Prefirió llamarlo "El Factor de Cura", y sólo cuando recopiló la amplia gama de estudios que
muestran los muchos beneficios, fue que pudo obtener la ayuda de Linus Pauling para llamar la
atención sobre este hecho comprobado.
Cuando se vive en la naturaleza, viviendo como recolectores de frutas y vegetales, que se comen
frescos con sus nutrientes intactos de la exposición al tiempo, calor, o procesamiento, la mayoría
de personas no consumen 60 mg diarios de Vitamina C. Consumen ácido ascórbico a razón de varios
gramos al día -- y no en dos cantidades fijas al día como suplemento, sino gradualmente a lo largo
del día a medida que comen pequeñas raciones de alimento. Incluso el gorila promedio en la selva
ingiere aproximadamente 4 gramos diarios de ascorbato.
Con el reciente florecimiento de la civilización, pero más particularmente con la ascensión del
homo industrialis, dicha vida natural conoció un final terminal, maladaptativo. En su
lugar tenemos la "vida civilizada" que nos conduce a los alimentos procesados, mientras los que
SON frescos están viejos, los que CONTENÍAN ascorbato sensible al calor son ahora deficientes
en nutrientes.
En nombre del progreso, los "homo sapiens" han creado una variedad de modernos estilos de vida,
los cuales trascienden las sub-culturas y niveles socioeconómicos, pero que uniformemente se
prestan a la hipoascorbemia masiva -- la cual en sí es sólo un pequeño derivado de las "aventuras
en la maladaptación" de la humanidad.
Educar al público sobre la existencia misma de dicho estado crearía una baja insondable de la
reputación, influencia, y rentabilidad del complejo industrial médico de hoy en día.
Es por esta razón que los sistemas ortodoxos luchan tan duramente por ocultarlo.
A pesar del hecho que la vitamina C fue descubierta como la "cura" para el escorbuto -- esta
última reconocida como una forma de avitaminosis (enfermedad de deficiencia); a pesar de la
composición química de la Vitamina C (en 1937 Albert Szent-Gyorgyi recibió el Premio Nóbel
por el descubrimiento del ácido ascórbico, Sir Walter Haworth por su investigación sobre su
estructura y síntesis química), el sistema científico ha impedido continuar las investigaciones
de sus beneficios durante los últimos 70 años.
No es en absoluto una exageración decir que desde aquel momento del descubrimiento de la Vitamina C,
con el consiguiente descubrimiento de las tantas condiciones que mejoran gracias a la mayor ingesta
de Vitamina C, el sistema médico ha hecho todo lo posible por quitarle importancia a los resultados
clínicos.
De hecho, los resultados positivos son tan voluminosos (cuando uno separa los estudios donde
las cantidades elegidas de ascorbato para los individuos en estudio se han escogido deliberadamente
a un nivel demasiado pequeño para producir un impacto clínico), que tendremos que ser selectivos
con el área de aplicación que estudiemos para el resto de este capítulo. (Incluso la obra de
Stone contiene profusas notas con referencias de estudios para aquellos que quieran leer
las fuentes primarias).
Ya que el cáncer ha sido el centro de nuestros capítulos abiertos y estudio inicial, sería
interesante tener en cuenta qué descubrimientos se han hecho sobre la Vitamina C -- un nutriente
relativamente barato, económico -- y el cáncer.
En 1969, Dean Burk y sus colegas en el National Cancer Institute publicaron un estudio mostrando
que el ascorbato es altamente tóxico para las células de carcinoma. De hecho, la Vitamina C
causaba profundos cambios estructurales en las células cancerosas en sus cultivos de laboratorio.
Como lo registra Stone, el grupo escribió:
"La gran ventaja que los ascorbatos . . . poseen en tanto que agentes anticancerígenos potenciales,
es que son, como la penicilina, remarcablemente inocuos para los tejidos normales del cuerpo,
y se pueden administrar a los animales en dosis extremadamente grandes (hasta 5 o más gramos
por kilogramo) sin efectos farmacológicos notables".
Este hallazgo, por sí solo, debió ser una causa para atraer mayores recursos en lo relacionado
a un área de investigación que podría traer enormes beneficios para el público. ¿Cuál fue la
respuesta del gobierno de los EUA? El Centro Nacional de Servicio de Quimioterapia del Cáncer, a cargo
de la detección de nuevos materiales que combaten el cáncer, se negó a incluir la Vitamina C
en sus pruebas de propiedades anticancerígenas. ¿Su razón?
¡El ácido ascórbico era demasiado inocuo para encajar en su programa!
[ 5 ]
Para ser justos, nadie ha sugerido jamás que la Vitamina C es una cura para el cáncer. El mismo Dr.
Szent-Gyorgyi se resistía a cualquier aseveración sobre remedios rápidos. La corrección de defectos
puede tomar la mayor parte del año, sugirió él. Lo que sí afirmó, inequívocamente -- y esto no es
una interpretación de datos clínicos, es fisiología de principiantes: la Vitamina C forma parte
del "mismísmo corazón de la maquinaria de la vida . . . estamos constantemente construyendo y
reconstruyendo esta maquinaria todo el tiempo". De acuerdo con esto, Szent-Gyorgyi consideró que
el suplemento continuo de ácido ascórbico era muy importante.
El Dr. Szent-Gyorgyi,
hasta el final de su vida (murió en 1986 a la edad de 93), consideró que la investigación en cáncer
estaba desencaminada e ignorando lo obvio. "La búsqueda a ciegas de una cura para el cáncer parece
un desperdicio sin esperanzas". [ 6 ]
Pero como es típico en nuestro Patrón de Ocultamiento, la conexión Vitamina C / cáncer no termina
aquí. No es suficiente para la Medicina Moderna mirar con desprecio a la terapia con vitaminas y
salvar así las vidas (sin mencionar sus bolsillos, ¡Dios libre!) de sus pacientes. Los principales
métodos "aprobados" de tratamiento para el cáncer en Occidente no sólo niegan la Vitamina C adicional
en un momento en que el cuerpo la necesita más, sino que utilizan terapias inmuno-represivas que
hacen justo lo contrario: la merman.
[ 7 ]
La posición de la comunidad de la medicina ortodoxa vis-à-vis de la ingesta de Vitamina C que
supera las manifestaciones más grotescas de hipoascorbemia, es decir el escorbuto, es particularmente
irresponsable cuando uno considera que durante al menos dos generaciiones, hemos sabido que
"todas (las evidencias imparciales recopiladas hasta hoy sustentan) la conclusión de que la Vitamina
C está íntimamente involucrada con el cáncer al igual que con el escorbuto".
Remontándonos a los reportes James Lind de la autopsia de enfermos de escorbuto (1753) uno encuentra
expresiones tales como "todas las partes estaban tan entreveradas y mezcladas formando una masa
o bulto que no se pudo identificar órganos individuales" -- lo que llevó a Pauling a comentar,
"(esto es) seguramente una lúbrica descripción de una infiltración neoplástica por un anatomista del
siglo 18 ".
Más recientemente, en 1954 y 1959 el Dr. W.J. McCormick, médico Canadiense, formuló la hipótesis de
que "el cáncer es una afección del colágeno, derivativa de una deficiencia de vitamina C. Reconoció
que el cambio generalizado del estroma del escorbuto (cambios en la naturaleza de los tejidos) es
idéntico a los cambios estromales locales observados en la vecindad inmediata de las células
neoplásticas invasoras, y supuso que el nutriente (vitamina C) conocido por ser capaz de prevenir
cambios tan generalizados en el escorbuto podrían tener efectos similares en el cáncer. La
evidencia de que los pacientes de cáncer casi invariablemente carecen de ascorbato dio sostén
a este criterio".
De apoyo a esta posición, es la observación de que "la anemia, caquexia, fatiga extrema, hemorragias,
ulceraciones, susceptibilidad a infecciones, y anormalmente bajos niveles de ascorbato en tejidos, plasma y
leucocitos, son virtualmente idénticos con las características premortales de escorbuto humano
avanzado."
[ 7b ]
Quienes piensen que esta observación es circunstancial, no están familiarizados con la enorme
cantidad de trabajo clínico que se ha hecho a lo largo de los años sustentando los beneficios
de la vitamina C ortomolecular (altas dosis) en conexión con el cáncer. Existen miles de estudios
que respaldan estos beneficios.
[ 7c ]
Y también son igual de convincentes los beneficios comprobados de la alta ingesta de vitamina C en
la prevención y tratamiento de enfermedades del corazón . . .
"Nunca olviden que están peleando una de las más importantes batallas para la salud humana . . .
(La batalla) será larga y difícil."
Linus Pauling
[ 8 ]
Una de las más escandalosas demostraciones del Patrón de Ocultamiento en acción en la comunidad
médica ortodoxa tiene que ver con el mecanismo fisiológico descrito que conecta la deficiencia de
ascorbato, la aterosclerosis, infartos, y enfermedad cardíaca coronaria.
Aunque obviamente no es el único factor etiológico en todos los casos, lo que SÍ se conoce
es que todas estas condiciones comienzan o empeoran por insuficiencia de ascorbato; la correlación
y factores causales están bien descritos, como lo están los propósitos lucrativos que impiden que
estos factores sean bien conocidos por el público.
El rol de la Vitamina C como "anti-aterogénico" potencial es, o debería ser, un debate importante
en medicina, ya que la aterosclerosis "y sus manifestaciones iniciales, particularmente la angina
de pecho, el infarto del miocardio y la apoplejía isquémica, es la causa individual más importante
de morbilidad y mortalidad en el Mundo Occidental".
El "descubrimiento" en sí parece haber sido correctamente atribuido por el Dr. Linus Pauling a
un notable suplente, el Dr. Matthias Rath. El descubrimiento fue tan sorprendente, que Pauling
llegó a comentar antes de morir en 1994 que, "(usted no debería) nunca olvidar que su descubrimiento
es uno de los más importantes descubrimientos de todos los tiempos en medicina".
[ 9 ]
Por un largo tiempo se ha observado que la enfermedad cardíaca y problemas circulatorios estaban
conectados a una falta de Vitamina C. ¿Cómo no sería así? La misma anomalía en la estructura del
tejido que se observa en el escorbuto podría observarse en todas las enfermedades arriba mencionadas
-- sólo que manifestándose en el sistema circulatorio. Algunas veces se reportaron señales, como
la observación de que la Vitamina C convierte el colesteron en ácidos biliales hidrosolubles.
[ 10 ]
Aún así -- nadie pudo definir todos los factores causativos que implican la deficiencia de vitaminas
y la dolencia cardíaca hasta que lo hizo Rath.
Antes de Rath, nadie pudo suministrar una explicación viable del porqué los animales no tienen
ataques cardíacos, pero sí las personas.
[ 11 ]
Seguramente, parecería probable que alguien llegaría entre el descubrimiento de Szent-Gyorgyi del
ascorbato como la "cura para el escorbuto" y el surgimiento de Rath -- alguien que dé un empuje
a este asunto. Después de todo, en el tiempo que Rath comenzó a darlo a conocer -- con el apoyo
y asistencia de Pauling -- ya se conocía durante la mayor parte del siglo veinte que una de las
principales diferencias en la fisiología de los animales, que no tienen ataques cardíacos, y el
homo sapiens, que sí, es que los humanos pueden sufrir fácilmente de deficiencia de ascorbato,
mientras que la mayoría del resto de animales, como lo hemos dicho, no. Ellos fabrican el suyo
propio.
Como se puede esperar, Rath ha sido el sujeto de numerosos ataques "ad hominem", e igual de
predecible es su estigmatización como "curandero" por parte de la comunidad médica ortodoxa.
[ 12 ]
Ha sido inmerso en abundantes litigios, criminales y civiles,
[ 13 ],
lo cual es el procedimiento estándar que opera para cualquiera que amenace el sistema ortodoxo
con sistemas o productos terapéuticos que pongan en peligro las ganancias del sistema ortodoxo (casos de
alto perfil se vienen rápidamente a la mente incluyendo a Rife, Reich, Hoxsey, Wright, Kock,
Naessens, y Burzynski).
[ 14 ]
Pero el criterio que encaja en el presente estudio con respecto al trabajo de Rath no es
si sus extravagancias han sido respetables, sus acciones egoístas (p.e. comete el pecado imperdonable
de vender su propia marca de vitaminas), o la distribución de su mensaje menos que elegante.
En un sistema ortodoxo, el cual, como lo exploramos antes en un recuadro en este capítulo,
repudia cualquier cosa verdaderamente "basada en la evidencia", la pregunta más relevante es,
"¿Es verdad?"
La iniciación de Rath en el mundo de la medicina corrupta se remonta a su último año en la escuela
de medicina cuando su padre murió de un ataque cardíaco. Después de graduarse, Rath fue contratado
para un proyecto de investigación, auspiciado por la German Research Foundation. ¿El objetivo?
Identificar los mecanismos por los cuales el colesterol y otras partículas grasas "se atrancan"
dentro de las paredes de los vasos sanguíneos.
Para cuando Rath comenzó su investigación, las medicinas para reducir el colesterol ya eran
una industria de billones de dólares, así que habían montones de donaciones para investigación que
vayan y ensayen y ayuden a apoyar la ciega creencia del "colesterol alto". En ese tiempo, la
investigación médica en cardiología estaba enfocada en el "colesterol malo" o lipoproteínas de
baja densidad (LDL -- Low Density Lipoproteins).
No sólo que la ortodoxia reconocía a las "LDL" como el principal factor causal de las plagas
ateroscleróticas -- y por lo tanto como el agente causal principal y directo en el caso de la mayoría
de ataques e infartos cardíacos, sino que los fondos para la investigación eran alimentados por la lujuria
de las principales compañías farmacéuticas por tener otro problema más que "solucionar".
La trayectoria profesional de Rath hizo un giro dramático cuando comenzó a cuestionar el rol de
un factor de riesgo recientemente descubierto en dolencias cardíacas: "lipoproteína(s)". Lo que
sucedió después está mejor expresado en las propias palabras de Rath:
" . . . Nuestros propios estudios que involucarn más de diezmil datos y mediciones de investigación
no dejaron duda de que para que el 'colesterol malo' se pegue dentro de las paredes de los vasos
sanguíneos, necesita la(s) lipoproteína(s) adhesivas biológicas. Los resultados establecidos
en conjunto con mis colegas fueron un hito importante para la comprensión de la naturaleza de las
dolencias cardiovasculares.
Encontramos que dondequiera que se depositaba el colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos
estaba la cinta adhesiva 'apo(s)' (Apoproteínas). Estaba claro que los depósitos no dependían de
la cantidad de colesterol sino de la cantidad de 'adhesivo' presente en el cuerpo. En ese momento
no sabíamos que esto, también, sólo sería la verdad parcial y que los ataques al corazón terminarían
sindo principalmente el resultado de deficiencias vitamínicas.
Estos hallazgos sobre la lipoproteína del 'colesterol pegajoso' eran tan nuevos, que la American
Heart Association (AHA) no aceptó la presentación de estos datos en su convención anual de 1988.
Simplemente no la creyeron. No fue hasta un año después que la AHA me invitó a hacer una presentación
en su convención anual en Anaheim en noviembre de 1998. Al mismo tiempo que la AHA aceptó estos
descubrimientos en su revista oficial,Arteriosclerosis.
la(s) Lipoproteína(s) resultaron ser un factor de riesgo diez veces mayor que el colesterol.
Más importante aún, no había medicinas, ni siquiera medicinas para reducir el colesterol, que
pudieran reducir este factor de riesgo en la sangre. Pero la pregunta más intrigante de todas
sobre este nuevo factor de riesgo para ataques cardíacos e infartos era el hecho de que sólo se
encontraba en humanos -- pero rara vez en otras especies vivientes.
Fue allá por 1987 que hice el siguiente descubrimiento decisivo que cambiaría para siempre la
medicina: El pegajoso factor de riesgo lipoproteína(s) sólo se encontraba en humanos y otras
especies que habían perdido la habilidad de manufacturar su propia Vitamina C. Al parecer, había
una relación inversa entre la molécula de lipoproteína(s) y la deficiencia de Vitamina C. De
inmediato comencé a hacer experimentos con Vitamina C y lipoproteína(s) y luego conduje un
estudio piloto clínico donde se mostró que la Vitamina C disminuye los niveles elevados de
lipoproteína(s).
Imagínense el año 1987, la Vitamina C era considerada curandería y ninguna institución médica
reputada estaba siquiera dispuesta a considerar efectuar estudios clínicos con vitaminas. El
conocimiento se perdió completamente en la educación médica, y los medicamentos farmacéuticos
patentables eran considerados la única forma aceptable de medicina . . . "[15]
Luego de haber reportado sus hallazgos en Arteriosclerosis, Rath buscó el consejo de
Linus Pauling, quien, posterior a sus reuniones iniciales, reconoció el enorme valor del trabajo de
Rath y creó un espacio para él en la marginalmente financiada organización de investigación,
el Linus Pauling Institute.
Rath ya había establecido con éxito el principio tras la conexión Vitamina C - lipoproteína(s) y
su relación con las dolencias cardíacas, pero necesitaba algo más definitivo. Necesitaba "pruebas
más científicas". Como lo habían hecho tantos de sus colegas investigadores en el siglo 20, usó
conejillos de india para llevar a cabo la siguiente fase de su investigación.
Comenzó con una teoría derivada naturalmente de sus hallazgos hasta el momento: que los conejillos
de india, los cuales, como lo discutimos antes en este capítulo, comparten el desorden genético
humano de virtualmente no tener capacidad de fabricación in vivo de Vitamina C, desarrollarían
depósitos arterioscleróticos una vez que se los pusiera en una dieta deficiente en Vitamina C.
Luego supuso que si se analizaba el "emplasto" depositado en las paredes arteriales, encontraría
las pegajosas moléculas grasas de lipoproteína(s).
Si la Ciencia Médica se asemejara en algo a una búsqueda de la Verdad . . . si los Fines de
Lucro no fueran la más grande, poderosa, pesada esfera en la constelación de los Científicos,
cuyo campo gravitacional era tan grande que deformó las órbitas de todos los otros objetos en la
galaxia del Cientifismo, Rath pudo haber tenido una oportunidad. La Verdad se hubiera filtrado
y sido aceptada por una tradición médica honorable cuya principal consideración era el bienestar
de sus pacientes (p.e. clientes, víctimas e ingenuos 'retardados') y no su propio enriquecimiento.
Pero, lástima, este no fue el caso. Resultó que Rath pudo mostrar que una deficiencia de
Vitamina C -- lo cual en humanos equivale a niveles muy por encima de la "Dosis Diaria Recomendada" --
causaba el debilitamiento de los vasos sanguíneos, similar al escorbuto. Los depósitos grasos,
ciertamente, estaban compuestos por colesterol, lipoproteína(s), y otros factores de riesgo en la
sangre. La enfermedad cardiovascular sobrevenía "como respuesta inevitable de nuestro cuerpo
para reparar las paredes de los vasos sanguíneos debilitados por la deficiencia de vitamina".
[16]
ARRIBA: Los conejillos de indias que consumen muy poca vitamina C en su dieta desarrollan dolencias
cardiovasculares ABAJO: Los conejillos de indias que consumen vitamina C en cantidades óptimas
tienen las arterias limpias.
La medicina ortodoxa, en su confabulación con el negocio multi-billonario de medicinas para el
colesterol de la industria farmacéutica, no tiene otra opción que ocultar este hallazgo y sus
múltiples implicaciones. Hacer que el público entienda la causa subyacente de la enfermedad
coronaria del corazón causaría el colapso de una enorme central de utilidades para la medicina
organizada en Occidente.
[ 16]
|
¿Así que cómo fue recibido el milagroso hallazgo de Rath por la medicina organizada? ¿Recibió
algo en términos parecidos a lo que dijo Pauling? ("Pero no importa lo que pase, nunca
olvide que su descubrimiento es uno de los más importantes descubrimientos de todos los tiempos
en medicina.")
Claro que no.
Rath y Pauling, por todo su genio colectivo, aún no podían ver a través de la narrativa común. Sí,
podían ver que, para usar palabras de Rath, la comunidad médica estaba guiada por "avaricia
económica de proporciones estratosféricas",
[17]
y sin embargo se mantuvieron dentro de nociones irracionales de compromiso científico con la búsqueda
de la Verdad -- como experimentados científicos políticos que, a pesar de toda la evidencia de lo
contrario, se niegan a descartar la narrativa común y aceptar que la democracia es una herramienta
cooptada de poder plutocrático y no tiene nada que ver con satisfacer la voluntad del Pueblo -- sino
más bien fue CREADA por la Élite para dar al Pueblo, los plebeyos, la ilusión de que ellos eran
quienes estaban a cargo.
¿Qué significado podría encontrar gente del calibre de un Pauling o un Rath -- o cualquiera que
sacrifique su alma en la tarea de descubrir los secretos más profundos de la vida -- en un mundo
donde se reconoce a la Ciencia como poco más que una herramienta de cooptación para intereses
poderosos y adinerados?
Parecería que muy poco.
De tal manera, Pauling y Rath anduvieron con paso pesado, alcanzando éxito en publicar su más
reciente hallazgo en el Proceedings of the National Academy
of Sciences (Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias) en 1990.
En Agosto siguiente (1990), Pauling y Rath asistieron a una reunión sobre arteriosclerosis en
Venecia, Italia, donde "toda la crema de los investigadores científicos y líderes de la opinión
médica en el área del colesterol y enfermedades cardíacas estaban presentes." Rath hizo su
presentación, mencionando sólo en unas pocas frases el descubrimiento sobre lipoproteína(s),
deficiencia de vitamina C y enfermedad del corazón. ¿Cómo respondió la conferencia?
"Desde ese momento en adelante, la conferencia no fue la misma. El ánimo cambió al de un
funeral . . . "
Incluso en el mismísimo Instituto de Pauling, el ánimo dentro de la organización era sombrío. Cuando
ciertos investigadores profesaron abiertamente su deseo de trabajar con Rath en lo que, superficialmente,
parecía ser una emocionante área nueva de investigación científica, fueron disuadidos por sus
compañeros de trabajo. "Si trabajas con el Dr. Rath, arruinarás tu carrera", fueron aconsejados.
[18]
Pauling y Rath debieron haber captado la indirecta, pero no lo hicieron. Continuaron en la ilusión
de que la Ciencia opera en un campo de juego nivelado.
Luego de publicar dos veces con éxito en Proceedings,
el mismo Pauling intentó publicar una tercera vez, bajo el título "Solución al rompecabezas
de la enfermedad cardiovascular humana: su causa principal es la deficiencia de ascorbato que
conlleva a la deposición de lipoproteína(s) y fibrina-fibrinógeno en la pared vascular". Luego
de unas modificaciones aceptadas por ambas partes, el jefe de redacción, en un movimiento que
violentó todas las reglas de la academina, decidió enviar el manuscrito a los críticos. Ellos
rechazaron la publicación del estudio hito con el argumento, "Ya que no existe un rompecabezas de
la enfermedad cardiovascular, no puede haber una solución para este rompecabezas".
(Traducción: "Bien, chicos -- ya se divirtieron. Pero ahora es tiempo de ajustarse los tornillos.
¿De verdad están así de locos? ¿Tienen idea del tipo de impacto económico que sufriría nuestra
industria si este tipo de material fuera positivamente recibido por las personas comunes? ¿De verdad
pensaban que irían lejos con hallazgos que bombardearían singularmente el mercado multi-billonario
de medicinas para reducir el colesterol -- y afectarían muchos de nuestros ingresos personales,
también? ¡Pónganse al día con el programa!")
Esto es por no decir que el complejo médico industrial no haya siquiera intentado beneficiarse
del hallazgo Pauling/Rath. Lo hicieron. De la única manera que sabían: con prácticas criminales
de fijación de precios de las materias primas de las vitaminas
[19], mientras creaban de manera simultánea el "Codex Alimentarius" a
nivel internacional, el cual prohibió cualquier enunciación de salud natural en todos los países
miembros de las Naciones Unidas -- es decir, alrededor del mundo. (Es interesante, el decisivo
Comité de la ONU de suplementos nutricionales está dirigido por el gobierno alemán. "Sin duda --
Alemania es el mayor país exportador de productos farmacéuticos." [20 . . .
y aún se libra esta batalla.]
No todo el que ha estudiado el "fenómeno de ocultamiento de la investigación de la Vitamina C" escapa
a ver inicialmente a través de la narrativa común. Uno de aquellos individuos es el Dr. Stephen
Sheffrey, quien publicó por sí mismo
Vitamin C
Under Attack: Unfair trials bombard high-dose benefits (La Vitamina C bajo ataque: Experimentos
injustos bombardean los beneficios de dosis altas)
en el 2000. Dentista de profesión con un entusiasta interés en la nutrición (tal como
Weston Price),
Sheffrey decidió escribir sobre los beneficios ocultos del consumo de altas dosis de Vitamina C
luego de haber tomado él mismo 10 gramos o más diariamente durante varios años -- 100 a 200 gramos
al día cuando había signos de enfermedad. Sabía por experiencia personal y por su propia investigación
que la mayoría de las advertencias publicadas sobre los peligros de las altas dosis de Vitamina C
eran rimbombantes, si no acaso deliberadamente engañosas.
El autor no presenta su material sin cubrir las advertencias necesarias y de buenas bases. Lo más
notable, se ha encontrado que niveles de ingesta ortomoleculares de Vitamina C (es decir, más
de uno o dos gramos a la vez) causan efectos secundarios molestosos en el 20% de la población:
diarrea, molestias intestinales, labios partidos, etc.
[21]
Algunos de aquellos en el "campo del 20%" son capaces de manejar el régimen de altas dosis, pero
muchos no pueden.
Pero el 80% de la población mundial en general que podría beneficiarse con la alta ingesta
ascorbática está sujeta a una masiva desinformación. Sheffrey divide su historia de acuerdo a la
táctica usada para ahuyentar al público de las dosis altas: estudios experimentales deliberadamente
engañosos, dosificación inadecuada, datos falseados sobre "seguridad y efectos secundarios", etc.
De vez en cuando, incluso frente a esfuerzos bien orquestados por desacreditar la dosificación
más alta de un nutriente humano que afectaría adversamente las ventas farmacéuticas, la verdad
sale a la luz. (Ejemplo: la confesión del Instituto Nacional del Cancer que de 46 estudios
epidemiológicos que examinó, en 33 hubo evidencia de "tratamiento estadísticamente significativo
de cánceres de boca, esófago, estómago, páncreas, mama, ano, colon y cérvix.")
[22]
Pero la vasta mayoría de estudios de los beneficios de altas dosis de Vitamina C, financiados
como lo son por intereses creados, utilizan un menú consistente y predecible de métodos
desinformativos para evitar que el público se dé cuenta de los beneficios.
La Vitamina C es más que una singular entidad molecular con beneficios nutricionales conocidos.
Es una metáfora para el mundo natural -- existiendo en gran cantidad donde los alimentos que la
contienen son frescos, al natural y crudos.
Rápidamente disminuye su potencia al ser removida de ese mundo, y es menospreciada y científicamente
calumniada debido a la amenaza que una comprensión más completa de su función y uso sería para
intereses monetarios. Su ausencia en la dieta ocasiona maladaptación . . . enfermedad . . .
no en un estallido abrupto de escorbuto inducido por bajas dosis como la medicina moderna nos
hizo creer, sino en fases graduales a medida que nos desviamos de lo que la naturaleza ha
predeterminado como óptimo.
Esta es la hipoascorbemia.
El cáncer, como la Vitamina C, es también una metáfora -- pero en esta instancia, representa lo
contrario: desviación de lo que es el mundo natural. Una mezcolanza de dolencias apenas conectadas,
la mismísma palabra representa el intento de redefinir la naturaleza y definir un conjunto de
condiciones por las cuales un público desprevenido puede ser defraudado y no curado.
Estudiado de lleno y por completo, podríamos, si quisiéramos, ver el irreparable revoltijo que se
ha vuelto la medicina tan sólo con el estudio de estas dos metáforas -- encontrándose como están
en lados opuestos al observar detalladamente la civilización.
Pero entonces, perderíamos la perspectiva que obtenemos al comprender nuestro pasado -- que implica
ver la inevitabilidad de aquello con lo que vivimos actualmente.
En las páginas precedentes hemos repasado mis propias experiencias personales con enfoques para
el cáncer que enfrentaron el "patrón de ocultamiento", y examinamos uno de los casos más notables
en la historia reciente -- un caso difícil de desechar incluso para los más acérrimos defensores
de la Medicina Moderna.
Al describir el "patrón de ocultamiento", hemos podido identificar un síntoma social reincidente --
¿pero podemos ubicar la causa de la enfermedad?
Esto, creo yo -- como se afirmó antes en este capítulo -- requiere que nos remontemos en la historia,
a las más antiguas turbulencias de nuestra era actual de civilizaciones. Si existe un "sistema
operante" global que ha marcado las pautas del rumbo de la humanidad durante los últimos 6,000
años (y creo que hay abundante evidencia de que existe), ¿entonces los "miméticos culturales" de este
sistema operante han hecho las atrocidades médicas que ahora atestiguamos como inevitables?
Ciertamente.
Lo que es más importante, nuestra indagación nos lleva a un lugar donde emerge la claridad en
cuanto al "Fin de la Civilización" tal como la conocemos. Podemos llegar a un punto donde podemos
entender porqué el sistema no se puede reparar.
Sólo puede ser destruído y luego vuelto a construír.
Al ver esto podemos llegar a un punto en nuestra exploración donde, para citar a Spencer, tenemos
una cognición de la humanidad . . . y no es tanto que no querremos a la historia . . . más bien,
habiendo destilado su esencia, no la necesitaremos más.
- Stone, The Healing Factor
(El Factor de Cura) p. xi.
El comentario se hace en el primer párrafo del segundo prólogo. Hay dos en este volumen: el primero
por Linus Pauling; el segundo, por Albert Szent-Gyorgyi.
- Moss, Ralph W.,
Free Radical (Radical Libre), p. 253.
- Pauling, Linus,
Vitamin C and the Common Cold
(Vitamina C y el Resfrío Común), p. 4.
- Ibid., p. 48.
En una nota al pie de página en la misma página, Pauling añade, "Este nombre (Dr. Douglas Gildersleeve)
es probablemente un seudónimo, asumido por el autor por razones profesionales. Aduzco que esto tan
solo sirve para confirmar aquello de los 'doctores que denuncian'."
- Healing Factor
(Factor de Cura), p. 94.
Additionally, Pauling
himself notes that although as little as 5 mg. of ascorbate "is believed"
to be enough to "prevent scurvy in most people," ascorbate is not is
so non-toxic that people have been given "as much as 150 grams (g),
one-third of a pound, of sodium ascorbate by injection or intravenous
infusion by mouth without serious side-effects."
Adicionalmente, el mismo Pauling anota que aunque "se cree" que la pequeña cantidad de 5 mg de
ascorbato es suficiente para "prevenir el escorbuto en la mayoría de la gente", el ascorbato es tan
inocuo que se le ha administrado a personas "tanto como 150 gramos (g), un tercio de libra, de
ascorbato de sodio por inyección o infusión intravenosa por la boca sin efectos secundarios serios. "(Ver
Cancer & Vitamin C (Cáncer y Vitamina C), p. 100.)
Adicionalmente, ver Vitamin C
Under Attack (La Vitamina C Bajo Ataque), p. 56,
donde los autores de un estudio en 1969 reportaron que sustancias no-tóxicas "han sido en gran medida
si no totalmente excluídas de consideración en el programa de selección." (como se cita en la p. 86:
"Benade L., Howard T., Burk D., Eliminación sinérgica de células de carcinoma de ascitis de Ehrlich
con ácido ascórbico y 3-amino-1,2,4,-trizol.
Oncology (Oncología) 1969, 23:33-43.
- Free Radical (Radical Libre), p. 253-254.
- Pregunte al Dr. Weil:
Vitamins & Minerals (Vitaminas y Minerales),
p. 12-13.
Admiro a Andrew por sus intentos de empujar los límites de la apelmazada resistencia de la medicina
ortodoxa a esas contribuciones demostradas que emanan de la "comunidad alternativa", pero demasiado
a menudo él demuestra ser un "hombre de empresa". Tiene que serlo. Nuevamente, "las personas
respetables son renuentes a sacudir la base del mismísimo sistema que es la fuente de su
respetabilidad." Sin embargo, en este breve monograma, los breves comentarios de Weil sobre la
Vitamina C estaban bastante de acuerdo con las recomendaciones de otros médicos alternativos. Él
recomienda 1,000 mg de Vitamina C al día "como mínimo". (Sí, eso es 3300% la Dosis Diaria Recomendada en los
EUA).
Y admite que "necesitamos más de ella cuando estamos expuestos a toxinas, infecciones, y enfermedades
crónicas". ¿Cuánto? "Diría que hasta 2,000 mg tres veces al día".(Un colosal 10,000% de la
Dosis Diaria Recomendada en los EUA. ¡Carambas!)
Lo que no se menciona es que las formas más comunes de tratamiento ortodoxo para el cáncer (quimioterapia
y radiación) son altamente tóxicas, así que inadvertidamente admite que si uno va a recibir un
tratamiento convencional de cáncer, uno va a aumentar demandas al sistema inmune que requieren
una ingesta más alta de ascorbato para contrarrestar la rápida disminución que causan estos
tratamientos. Como es de esperar, la vasta mayoría de oncólogos no dicen ni una palabra a sus pacientes
sobre los efectos del tratamiento ortodoxo sobre este nutriente vital.
7B ---
Cancer & Vitamin C
(Cáncer y Vitamina C),
Linus Pauling, p. 99-107.
7C ---
Ver
Vitamin C Against Cancer
(Vitamina C contra el Cáncer) por
H.L. Newbold, M.D. (1981); Vitamin C:
The Master Nutrient (Vitamina C: El Nutriente Maestro) por Sundra Goodman, Ph.D.;
The Vitamin C Connection (La
Coalición de la Vitamina C)
por el Dr. Emanuel Cheraskin (M.D., D.M.D.), et. al. (1983);
The Vitamin Controversy
(La Controversia de la Vitamina C)
por el Dr. Emanuel Cheraskin, (1988); y
Ascorbate: The Science of
Vitamin C (Ascorbato: La Ciencia de la Vitamina C) (2004) por el Dr. Steve Hickey y la Dra. Hilary Roberts.
Tan sólo el Dr. Cheraskin, hizo partícipes aproximadamente 1,000 experimentos clínicos, que resultaron
ultimadamente en cerca de 80 artículos publicados en la literatura técnica.
Controversy (Controversia), p. 183-193.
- Ten Years that
Changed Medicine Forever (Diez Años que Cambiaron la Medicina Para Siempre), Matthias Rath, M.D.,
p. 15 (Introducción).
La cita es, de acuerdo al Dr. Rath, un comentario que Linus Pauling le hizo en 1994 en una de las
últimas conversaciones antes de la muerte de Pauling. Este autor, conociendo a Pauling a través
de historias de su propio mentor, el Dr. Russell Jordan, cree que la cita es probablemente fidedigna.
- Ibid., p. 72.
La cita anterior sobre mortalidad aterosclerótica se toma de
Vitamin C (Vitamina C)
[R. Paoletti, et. al., editores], p. 59 -- citando a
Gotto AJ, Farmer JA (1988). Risk factors for coronary disease (Factores de riesgo para la enfermedad
coronaria). En:
Braunwald E. (ed.) Heart disease: a textbook of cardiovascular
medicine (Enfermedad del corazón: un manual de medicina cardiovascular), 3ra ed. Saunders, Filadelfia, pp. 1153-1190.
Como un aparte, las deficiencias en muchos de los estudios citados por B. Frei, y estudios similares
financiados por la ortodoxia, se trata en
Vitamin C Under Attack:
Unfair trials bombard high-dose benefits (La Vitamina C bajo ataque: Experimentos
injustos bombardean los beneficios de dosis altas) [Stephen
Sheffrey, 2000]. Una lectura meticulosa enfurece al lector imparcial meramente por lo bárbaro de las tácticas usadas.
- El
autor fue introducido por primera vez al hallazgo de Jacobus Rinse, Ph.D., en la obra del Dr.
Morton Walker
How Not to Have a Heart Attack
(Cómo No Tener un Ataque Cardíaco),
p. 116.
Fíjese que incluso en el trabajo de Rinse y Morton, que aborda el esfuerzo de perfeccionar un régimen
dietético para pacientes con enfermedades del corazón, se puede observar la misma tendencia, à la
Lind, de complicar el asunto y llevarlo al reino de la inefectividad.
- Para subrayar sus hallazgos en esta área, Rath incluso tituló su libro
sobre el tema,
Why Animals Don't Get Heart Attacks ...
But People Do! (Porqué los Animales No Tienen Ataques Cardíacos ... ¡Pero las Personas Sí!.
Un tratado bien escrito y menos técnico sobre este tema, sin embargo, se encuentra en su
Ten Years (Diez Años).
- A modo de ejemplo, ver su tratamiento en el "Skeptic's Dictionary"
(Diccionario del Escéptico) que se encuentra en línea,
http://skepdic.com/rath.html, o el comentario del Dr. Stephen Barrett en:
http://chealth.canoe.ca/columns.asp?columnistid=3&articleid=2854.
Obviamente, se necesitaría un libro aparte para hacer justicia al constante debate entre Rath
y sus críticos, y para que quede constancia, este autor no está de acuerdo con Rath en todo lo que
dice. Por ejemplo, yo creo que aunque la Vitamina C contribuye a un régimen "anti-cáncer" efectivo,
concuerdo con el propio Szent-Gyorgyi en que no es un tratamiento efectivo, una vez ocurrido el hecho. Rath
pasa el límite y dice que puede serlo, lo que me parece que exagera el caso y amenaza el potencial
y legitimidad de sus otros hallazgos y afirmaciones. Para propósitos de esta discusión, sin embargo,
deseo limitar el enfoque a la relación entre la Vitamina C y las enfermedades circulatorias arriba
mencionadas.
- Ver http://en.wikipedia.org/wiki/Matthias_Rath.
- Un ejemplo de este armamento "legal" represivo
contra terapéuticos que demuestren ser demasiado amenazantes para intereses creados, se puede
encontrar en la obra de Dan Haley,
Politics in Healing (Política de la
Curación).
- Ten Years that
Changed Medicine Forever (Diez Años que Cambiaron la Medicina Para Siempre), Matthias Rath, M.D.,
p. 56-58, en la sección denotada "How I got interested in
cardiovascular research" (Cómo me interesé en la investigación cardiovascular).
- Ibid., p. 68-69. Nota: el uso secuencial de esta nota a pie de página
tanto para la cita como para la imagen es intencional.
- Ibid., p. 72.
- Ibid., p. 75.
- Ibid., p. 73.
- Ibid., p. 127.
- Stephen Sheffrey,
Vitamin C Under Attack: Unfair
Trials Bombard High-Dose Benefits (La Vitamina C bajo ataque: Experimentos
injustos bombardean los beneficios de dosis altas), p. 198.
- Lynne McTaggart (ed.),
The Cancer Handbook: What's Really
Working (El Manual del Cáncer: Lo Que de Verdad Está Funcionando),
p. 147.
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Comentario sobre la obra de Kuhn
Structure of Scientific Revolutions
(Estructura de las Revoluciones Científicas) ...
< --- continuación del Cap 4-3.
Comentario:
Más allá de Kuhn, me pareció que la "mitología de la historia como progreso" está incluso mejor
expresada por Hiram Caton (sin parentesco) en su
The Politics
of Progress (La Política del Progreso).
Tomado de "Introducción", p. 3.
Una de las principales tesis de la obra de Hiram Caton es que la historia suministrada desde
el siglo 17 ha sido amoldada para mostrar un progreso constante y restar importancia a nuestros
comienzos primitivos.
"Un fruto de la renovación de la historiografía fue una perspectiva de la historia de la especie
humana como un avance sobre las condiciones primitivas." (p. 21) Todos los sospechosos usuales
están incluídos en su reportaje, por supuesto, Kepler, Huygens, Locke, Newton, etc.
Pero para hacer una yuxtaposición de las observaciones de Caton y de Kuhn vemos que
el ocultamiento de información histórica necesaria para sostener los paradigmas actuales no es
una mera tendencia, sino un requerimiento absoluto para mantener cualquier semejanza con la
legitimidad.
Tan enraizado está el mito de que la historia de la ciencia es esta marcha lineal de incesantes
mejoras que Kuhn se vio movido a escribir, "¿Se hacen progresos en un campo porque es una ciencia,
o es una ciencia porque progresa?" (Kuhn, p. 162) Sin embargo, este es un mito indispensable
para mantener la respetabilidad de la ciencia en la mente del público.
Después de todo, con cada sucesiva revolución científica, ¿cómo podría el campo victorioso
si quiera admitir algo menos que progreso? "Eso sería más bien como admitir que habían estado
equivocados y sus oponentes tenían la razón." (Kuhn, p. 166) "Cuando repudia un paradigma pasado,
una comunidad científica simultáneamente renuncia, como tema que encaja en el escrutinio profesional,
a la mayoría de los libros y artículos en los cuales ese paradigma había estado representado.
La educación científica no hace uso de un equivalente del museo de arte o biblioteca de clásicos,
y el resultado es a veces una distorsión drástica en la percepción del científico del pasado de su
disciplina. Más que los profesionales de otros campos creativos, termina viéndolo como el primero
en una línea recta hacia la ventaja presente de la disciplina. En resumidas cuentas, termina
viéndolo como progreso. No hay alternativa disponible para él mientras permanezca en el campo."
(Kuhn, p. 167).
¡Aquellos que sostienen que la medicina ortodoxa no ha estado ocultando tratamientos efectivos durante
la totalidad de su existencia no saben nada sobre la mismísima historia de la ciencia!
Dejando atrás a Caton y Volviendo a Kuhn:
Todo paradigma trae consigo nuevos rompecabezas.
Pero puede que el nuevo paradigma no resuelva problemas que anteriores paradigmas manejaron
fácilmente. (p. 140). Un ejemplo que impacta fuertemente a este autor, porque implicaba los
fundamentos teóricos para un producto de
Alpha Omega Labs
llamado Bone Builder (Edificador de Huesos),
es el de transmutación biológica.
El producto en sí hacía uso de un hecho muy observado y completamente negado por la química
moderna: que los organismos biológicos tienen la habilidad de transmutar elementos. Una abundancia
de ejemplos adicionales que se pueden reproducir en laboratorio para probar que la transmutación
biológica es un hecho de la vida cotidiana (ver el trabajo de C. Louis Kervran
Biological Transmutations
(Transmutaciones Biológicas),
que discutimos más ampliamente en un capítulo posterior).
Uno de los mecanismos de defensa más omnipresentes y comúnmente usados por el sistema ortodoxo
(y, en nuestro estudio, se reemplaza por "medicina ortodoxa") es la denominación peyorativa de aquellos
que identifican la mala conducta de la Élite como "teoría de la conspiración" -- sin importar que la
naturaleza misma del sostén del orden establecido y de prevenir que las personas puedan ver a través
de la mitología de la "narrativa común"
requiera
una conspiración bien orquestada.
Uno de los mejores ejemplos de lo anterior se demuestra en las propias herramientas historiográficas
usadas para defender un importante dogma del cientifismo: que, como lo ha anotado Hiram Caton,
la historia (sea la historia de las civilizaciones, la historia de la ciencia, la historia de la
medicina) se la presenta como progreso para defender la gloria del sistema actual y hacer a sus
predecesores (que han fracasado y muerto) diminutos.
Todas las civilizaciones han seguido este patrón -- sin excepción. En todo imperio y en toda era,
la cultura preponderante ha intentado inculcar la idea de que triunfará donde otros han fracasado
-- irrespetuosa del hecho de que cada civilización sucesiva usa una variación apenas diferente de
su camino al fracaso de las muchas que la precedieron. Arnold Toynbee afirmó que no menos de
25 civilizaciones previas dominantes durante los últimos 5,000 años han seguido este camino. Anota que
dieciséis han desaparecido por completo, y todas excepto una exhiben las características distintivas
de la desintegración: la Civilización Occidental.
(Ver A Study of
History (Un Estudio de la Historia) (sumario, p. 244)).
Mi posición es que la cercana y personal asociación de Toynbee con la Élite le impidió (tal como
le impidió a Quigley, ver
Tragedy & Hope (Tragedia y Esperanza), p. 7) ver que la Civilización Occidental ya pasó el punto del que no hay
retorno. Esta inevitabilidad no se perdió con Spengler
(ver Decline of the West
(El Declive del Occidente)).
Un corolario de la noción de que "la historia es el registro, prueba, refuerzo, fuente de la
narrativa común, y comandante de publicidad política" de su prevalente
adquisición acumulativa
de novedade imprevistas, lo cual "prueba ser una excepción casi inexistente a la regla del desarrollo
científico. La persona que toma seriamente el hecho científico tiene que sospechar que la ciencia
no tiende hacia el ideal que nuestra imagen de su acumulatividad ha sugerido . . . la adquisición
acumulativa de novedades no sólo es escasa de hecho sino
improbable en principio. . . . La persona que se esfuerza por resolver un problema definido
por el conocimiento y técnica
existentes no está, sin embargo, tan sólo mirando por ahí. Sabe lo que quiere lograr, y diseña
sus instrumentos y dirige sus pensamientos debidamente. La novedad inesperada, el nuevo
descubrimiento, sólo puede emerger en la medida que sus expectativas sobre la naturaleza y sus
instrumentos hayan sido erróneas. A menudo la importancia del descubrimiento resultante será
de por sí proporcional a la medida y la obstinación de la anomalía que lo presagió.
Obviamente, entonces, tiene que haber un conflicto entre el paradigma que deja al descubierto la
anomalía y uno que luego pone la anomalía como regla . . . No hay otra manera efectiva en que
se pueda generar descubrimientos."
Ejemplos abundan a lo largo de la historia, si se examinan objetivamente bajo este lente:
"sólo después de haber rechazado la teoría calórica, la conservación de la energía pudo formar
parte de la ciencia . . . la teoría de Einstein puede aceptarse sólo reconociendo que Newton
estaba equivocado . . . Es difícil ver cómo pudieron surgir nuevas teorías sin estos cambios
destructivos en las creencias sobre la naturaleza. Aunque la inclusividad lógica sigue siendo
un punto de vista permisible de la relación entre sucesivas teorías científicas, es una
implausibilidad histórica." (p. 96-98)
La transición entre un viejo paradigma y uno nuevo rara vez es fácil. Los paralelos entre las
agitaciones en política y en la ciencia son impactantes. "Las revoluciones políticas son
inauguradas por una creciente percepción, a menudo restringido a un segmento de la comunidad
política, de que
las instituciones existentes han dejado de resolver adecuadamente los problemas causados por
un ambiente que en parte ellos han creado.
De manera muy semejante, las revoluciones científicas son inauguradas por una creciente percepción,
otra vez a menudo restringida a una estrecha subdivisión de la comunidad científica, de que un
paradigma existente ha dejado de funcionar adecuadamente para la exploración de un aspecto de la
naturaleza para el cual ese paradigma en sí había previamente guiado el camino.
En el desarrollo tanto político como científico la percepción de mal funcionamiento que puede
conllevar a una crisis es un prerrequisito de la revolución . . . las partes de un conflicto
revolucionario tienen finalmente que acudir a las técnicas de persuación masiva, a menudo
incluyendo la fuerza." (p. 92-93). La revolución, como lo he podido observar en los EUA, ya
está corriendo a todo vapor. La FDA está persiguiendo, encarcelando, incluso ha asesinado, a
aquellos que se atraviesan en el camino de la máquina de dinero que financia a su directiva:
principalmente la industria farmacéutica.
Es difícil hacer encajar a la naturaleza en un paradigma. (El autor piensa que este es un corolario
lógico del Teorema de la Incompletitud de Gödel en matemáticas). "Esta es la razón por la que los
rompecabezas de la ciencia normal son tan desafiantes y también por la que las medidas emprendidas
sin un paradigma tan rara vez llevan a conclusión alguna. (Para hacer funcionar un paradigma hay
que) vencer a raya a la naturaleza." (p. 135)
La ciencia nunca puede ser un reflejo de la verdad, porque está limitada por preceptos comúnmente
aceptados y memes culturales -- pero lo más importante, fuerzas políticas / económicas que son las
fuerzas más potentes y más durables en nuestro sistema cultural operante -- un sistema que ha gobernado
a la mayoría de la humanidad por al menos los últimos 8,000 años.
El prevalente paradigma farmacéutico nunca puede permitir la aceptación de la medicina basada en
la evidencia (la cual, para ser efectiva, casi siempre se derivará de la naturaleza Misma, puesto
que el propio sistema físico es un artefacto de la naturaleza). De tal manera, el paradigma
farmacéutico tiene que ser destruido para permitir la aceptación de evidencia de curas efectivas.
Pero esto no puede ocurrir sin la introducción de un paradigma más convincente, dinámico . . . de ahí
la necesidad oportuna de
Meditopia.
G.C. (autor)
Prisión Beaumont, 3/27/05
Cada paradigma trae consigo nuevos rompecabezas. Pero el nuevo paradigma puede fracasar en
resolver los problemas que el antiguo paradigma fácilmente manejó (p. 140).
Un científico se parece mucho a un ajedrecista. Pondrá a prueba millones de posibles movidas, pero
nunca las reglas del juego (el paradigma prevalente, p. 144-145).
El antiguo desaparecerá para que sea aceptado un nuevo paradigma. "Una nueva verdad científica
no triunfa por convencer a sus oponentes e iluminarlos, sino más bien porque sus oponentes
eventualmente mueren, o crece una nueva generación que está familiarizada con él."
(Scientific Autobiography (Autobiografía Científica),
Max Planck . . . (p. 151)
"La transferencia de lealtad de paradigma a paradigma es una experiencia de conversión que no se
puede forzar. Una resistencia de toda una vida, en particular de aquellos cuyas carreras
productivas los han comprometido a una tradición más antigua de ciencia normal, no es una
violación de los estándares científicos sino un índice de la naturaleza de la mismísima investigación
científica. La fuente de resistencia es la seguridad de que el antiguo paradigma finalmente
resolverá todos sus problemas, que la naturaleza puede caber a empujones en la caja que
el paradigma provee.
Inevitablemente, en tiempos de revolución, esa seguridad parece tan terca y testaruda como
ciertamente se vuelve algunas veces. Pero también es algo más. Esa misma seguridad es lo que
hace posible a la ciencia normal o resuelve-rompecabezas. Y es sólo a través de la ciencia normal
que la comunidad profesional de científicos logra, primeramente, explotar el alcance y precisión de
antiguos paradigmas y, luego, aislar la dificultad a través del estudio de aquello de donde pueda
emerger un nuevo paradigma." (p.152) La explotación de un paradigma y su eventual sumisión a un
nuevo reemplazo, al igual que la dirección del remplazo de dicho paradigma, está más influenciado
por intereses lucrativos que por cualquier otro factor. (Ver la obra de Spencer Klaw
The New Brahmins (Los Nuevos
Brahmanes),
p. 168-227, la cual, aunque vetusta y enfocada en la comunidad científica de los EUA,
claramente detalla la naturaleza de su influencia.)
Para todo el bombo que se ha dado a su estricta adherencia al método científico, la ciencia
moderna está tan influenciada por sentimientos y emociones insustanciables como no es tampoco nada
objetiva. "Incluso hoy la teoría general de Einstein atrae al hombre principalmente en el campo
estético, una atracción que pocas personas ajenas a las matemáticas han podido sentir." (p. 158).
O como lo puso el premio Nóbel Paul Dirac, "es más importante la belleza en nuestras ecuaciones
a que convengan al experimento."
(Ver la obra de Kaku Hyperspace
(Hiperespacio),
p. 189).
¿Qué base lógica o razonable, por ejemplo, se puede encontrar en la ciencia en el famoso encuentro
entre Wolfgang Pauli y Neils Bohr? Para recapitular, el físico Wolfgang Pauli dio una conferencia
sobre la teoría del campo unificado de Heisenberg-Pauli con "la asistencia de muchos físicos
entusiastas." Al terminar, sin embargo, la conferencia recibió una respuesta mixta. Niels Bohr
finalmente se puso de pie y dijo, "Todos hemos acordado que su teoría es descabellada. La pregunta
que nos divide es si es suficientemente descabellada."
(Otra vez, Hyperspace (Hiperespacio),
p. 137).
Desde este punto de vista, es aún más fácil ver cómo intereses monetarios y soluciones de alta
entropía pudieron influenciar la dirección de la ciencia. Después de todo, bajo el sistema cultural
operante que la civilización ha estado obedeciendo por 8,000 años, ¿qué hay de más estético o
bello o motivador que el dinero? Nada.
"La existencia misma de la ciencia depende de conferir el poder para escoger paradigmas entre los
miembros de un tipo especial de comunidad . . . Los miembros del grupo, como individuos o en virtud
de su experiencia y entrenamiento compartido, tienen que ser vistos como los ÚNICOS POSESORES
[énfasis del autor]
de las reglas del juego o de alguna base equivalente para opiniones inequívocas. Dudar que hayan
compartido tales bases para evaluaciones sería admitir la existencia de estándares incompatibles
de logros científicos. Esta admisión inevitablemente llevaría a preguntar si la verdad en las
ciencias puede ser una." (p.168)
En lo relativo a ciencias de la salud, donde la medicina basada en la evidencia ha mostrado
consistentemente que soluciones terapéuticas simples, de baja entropía, que funcionan de acuerdo
con la naturaleza, son superiores a enfoques terapéuticos más complejos, más rentables, reluce esta
defectuosa característica de la ciencia. Porque en tanto que únicos poseedores de las reglas del
juego, el grupo dominante, la mayoría asentada que constituye la comunidad científica reconocida,
autoritaria, tiene que -- por necesidad -- destruir a sus competidores.
El ocultamiento, de nuevo, no es una opción. Es una necesidad. Desde este ángulo, vemos otra vez
porqué la ciencia moderna, predominando esa area de la ciencia dedicada al cuidado de la salud,
jamás podría llegar a un acuerdo con esa corriente de pensamiento y práctica que "se basa en la
evidencia".
Es a cuenta de las fallas fundamentales de la ciencia, escrita en la fibra misma de su ser, que
"quizás tengamos que renunciar a la noción . . de que los cambios de paradigma llevan a los
científicos y a sus aprendices más cerca y más cerca de la verdad." (p. 170)
"Todos estamos profundamente acostumbrados a ver la ciencia como la única operación que se acerca
consistentemente a alguna meta puesta por adelantado por la naturaleza. ¿Pero es necesario que
exista una meta así? ¿No podemos justificar tanto la existencia de la ciencia como su éxito en
términos de la evolución del estado de conocimiento de la comunidad en un momento determinado?
¿Realmente ayuda imaginar que hay una responsabilidad de la naturaleza y que la medida apropiada
del logro científico es la medida en la que nos lleva más cerca de esa meta fundamental?" (p. 171)
El hecho es que la ciencia no tiene ninguna meta especificada por la naturaleza, y que la única
fuerza común que unifica todas las ciencias como su único e incomparable "nutriente crítico"
-- la ausencia del cual mataría de inanición a cualquier operación científica -- es el DINERO.
Abundan las pruebas que se pueden sacar de la comunidad científica. De hecho, la única manera en
que la medicina moderna podría alguna vez haber evolucionado en otra cosa que no sea el actual
pozo séptico de corrupción, soborno, las extendidas muertes por mala práctica, e iatrogénesis como
la principal epidemia mundial, es si hubiera una conjunción más cercana entre hacer dinero y curar
a los pacientes. Debido a la efectividad de los enfoques terapéuticos de baja entropía, dicho
enfoque no existe, no podría, ni podrá existir nunca. Atrapado entre las exigencias de producir
ganancias y las exigencias de la naturaleza de curar al paciente, es el paciente que se perderá
bajo nuestro moderno sistema cultural operante.
La uniformidad de la educación y el adiestramiento de los científicos significa que todos los que
quieran estar en el CLUB beban de la misma copa de cianuro. Cualquier virus o defecto que exista
en el paradigma prevalente será por lo tanto MAGNIFICADO. (p. 177).
Al tener un paradigma, la comunidad científica -- como es tan evidente en la medicina -- tiene
que tener algo que DEFENDER, pero cualquier fenómeno se inclina a alinearse a sí mismo con el
beneficio económico. Mientras más dinero, más potente la fuerza centrípeta (p. 179).
La Ley de Ohm:
Algunas veces el nuevo paradigma emplea NUEVAS DEFINICIONES o nociones para viejos términos. Esta
sección provee el profundo entendimiento de porqué el Complejo Médico Industrial tiene que combatir
tan ferozmente el cuidado de la saludo basado en la evidencia: Meditopia no reemplaza la cobertura
de vinilo; identifica una seria grieta en las bases que demanda la destrucción y reconstrucción
de la casa entera (p. 179)
Como vimos en el ejemplo
de la página anterior
concerniente al trabajo del Dr. Gerald Dermer, lo que avale un grupo de científicos en una
disciplina será opaco para otra.
Kuhn toma la posición de que "los expertos de las ciencias desarrolladas son . . . fundamentalmente
resuelve-rompecabezas. Aunque los valores que ellos destacan en tiempos de elección de teorías
(relatividad vs. mecánica cuántica) derivan también de otros aspectos de su trabajo,
la habilidad demostrada de crear y resolver
rompecabezas presentada por la naturaleza es, en caso de conflicto de valor, el criterio dominante
para la mayoría de los miembros de un grupo científico." (p. 205).
Desacuerdo firmemente. Dado que la medida misma del éxito bajo nuestro sistema cultural operante
se centra alrededor de un valor y sólo un valor -- obtener ganancias -- tan sólo es lógico que
consciente o incoscientemente siempre estará parcializada hacia una solución que permita oportunidades
financieras. Quienes desacuerden no están siendo honestos con ellos mismos. Tomen la palabra
misma: ÉXITO. Repítala lentamente en su mente, como si fuera un mantra Hindú. ¿Hay otra cosa que
no sea prosperidad financiera que se evoque en la mente Occidental cuando se repite esta palabra?
Claro que no. Comprender la verdad obvia de esta observación es comprender porqué la Medicina
Moderna fue, desde su comienzo, condenada a ser fracasi abismal -- como tantas otras facetas de la
civilización Occidental, de la cual se originó.
La medicina moderna no representa un paso adelanta en la comprensión y uso del hombre del cuidado
de la salud. Es un disfuncional paso hacia atrás. Hay otros paralelos que se pueden encontrar
en otras disciplinas científicas. Por todos los elogios que conciernen su avance en nuestra comprensión
de la física, "la teoría general de la relatividad de Einstein es más cercana a la de Aristóteles
que cualquiera de las dos a la de Newton." (p. 207).
Hay una "relativa escasez de escuelas compitiendo en las ciencias desarrolladas" (p. 209). La
escuela que hace dinero estará, por aplicación de puro sentido común, en una mejor posición para
aplastar a sus competidoras. Esta profunda compresión, de nuevo, muestra porqué la Medicina
Moderna no podría jamás servir de acuerdo a los mejores intereses del paciente. Ese sistema
que puede extraer hábilmente la mayor cantidad de dinero de un grupo de pacientes tendrá una enorme
ventaja sobre un sistema que está puramente dedicado al mejor resultado para ese mismo grupo de
pacientes.
Kuhn finaliza declarando que "el conocimiento científico, como el lenguaje, es intrínsicamente
la propiedad común de un grupo y ninguna otra cosa." (p. 210). Sin embargo, Kuhn no delinea
la condición inherente, fascista, por la cual el grupo impone su visión del mundo ¡A TODOS LOS
DEMÁS! Al hacerlo, deja de iluminar los efectos de sus poderes de cooptación, el empleo de poderes
estatales que cooperan, y el ocultamiento de sus competidores . . .
Simplemente tengo que terminar Meditopia cuando salga de esta prisión.
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