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Capítulo 4 -- continuación

< --- Capítulo 4, Sección 1

Denunciantes:
Analizando el Poder Cooptativo y Reclutorio
de Nuestra "Narrativa Común"
" . . . Nunca he sido un denunciante, y aún así toda mi vida me he sentido como tal. En mi familia, nunca nadie habló con la verdad, así que pensé que yo debería. Por supuesto, no era la verdad, sólo mi verdad, pero eso es algo. En mi profesión, la gente dice montones de pequeñas verdades, de manera que me pareció importante tratar de decir las grandes, aunque sea más difícil llegar a ellas. La gran diferencia entre mi situación y la de un denunciante es que yo trabajo en una profesión remarcablemente tolerante, ejerciéndola en un departamento académico remarcablemente complaciente. Puedo decir casi cualquier cosa y ser ignorado. Talvez es la razón por la cual me interesé tanto en lo que los denunciantes sentían cuando sus verdades se tomaban tan en serio, cuando, en otras palabras, sus verdades se percibían como una amenaza para el poder."
C. Fred Alford 1
Estando recluso en Beaumont, pasé muchas horas pensando en cómo replicar en el lector de Meditopia mi propia experiencia. Es decir, "¿Cómo puedo interiorizar, para el lector, la intensidad intelectual, la claridad de la experiencia de nuestro mundo, nuestra cultura, como nada de lo que nos han hecho creer? ¿Qué herramientas puedo usar para llevar al lector a romper la esclavitud de nuestro conocimiento común, la "niebla propagandística", y ver que de verdad vivimos, encarcelados, en una especie de 'Matrix'?"
No fue sino hasta que fui expuesto a la obra de C. Fred Alford que encontré la pieza faltante que conectaría fácilmente mis experiencias con una nueva visión, que se pueda presentar al lector de manera que todos los distintos elementos de mis observaciones, al agrupar los absurdos del Complejo Industrial Médico y su monolítico conjunto de mitologías cuestionables, encajarían a la perfección. De este modo, con la disonancia cognitiva de nuestra cultura puesta al descubierto y removida, llevaría a mi lector a un lugar nuevo, con una nueva visión del mundo.
En lugar de presentar el Libro I de Meditopia como una Epifanía en mi propia vida -- con el lector siendo un observador pasivo, podría ayudar al lector a tener la suya propia. Quería poder ofrecer una experiencia que fuera tan potente y que cambie tanto la vida TAL COMO fue la mía.
Sería un reto fabuloso.
Eso lo sabía.
Sería como los autores de libros que yo había leído sobre experiencias con enteógenos botánicos (como peyote, ibogaína, o ayahuasca . . . que los ignorantes en este campo llaman sicodélicos) procurando no sólo reportar sus "experiencias fuera de este mundo", ¡sino de hecho impartir esa experiencia al lector!
¿Cómo podría siquiera intentar esto?
Para lograrlo nos desviaremos momentáneamente a un lugar donde otros, como yo, hemos podido (de nuevo, usando el lenguaje del Mago de Oz) "ver el hombre tras la cortina".
Nuestra siguiente parada en el recorrido a Meditopia nos lleva a un lugar con el cual todos estamos vagamente familiarizados, pero sólo unos pocos comprenden de verdad. La razón es que la gran mayoría de los ciudadanos del mundo son como animadores de programas de viajes, que hablan de lugares donde nunca han estado. Su conocimiento de las cosas es sólo superficial, y mucho de él es incorrecto.
Estamos hablando de los"whistleblowers" (denunciantes).

"Demonios, yo no estaba en contra del sistema. Yo era el sistema . . . Sólo que no me di cuenta de que habían dos sistemas."
Bob Warren 2
C. Fred Alford es un Profesor de Gobierno en la Universidad de Maryland, un respetado profesor y científico político, y prolífico autor, principalmente en lo que se refiere a "psicología moral".
En 2001 publicó Whistleblowers: Broken Lives and Organizational Power (Denunciantes: Vidas Acabadas y Poder Organizacional), que trata de su propia experiencia con gente que "silba el pito" contra actividades corruptas e ilegales: de parte del gobierno, inmensa corporación, u otras grandes entidades organizacionales. En la gran mayoría de los casos, no es el dinero o la fama o la aventura lo que hace que el denunciante se dirija a ser centro de la atención pública. Es la profunda deshonra contra su conciencia que la inacción le generaría, nacida del más primitivo sentido de evidencia moral.
El ímpetu detrás del libro fue que la experiencia de Alford con denunciantes fue consistentemente contraria a los mitos comunes que se han generado acerca de ellos -- tan contraria, de hecho, que se vio obligado a investigar cómo y porqué se origina tal desconexión en primer lugar.
Por un lado hay "casi veinte libros sobre denunciantes . . . disponibles en Amazon.com, y más de una centena de artículos . . . sobre el tema," escribe. [ 3 ] Aquellos representan bien una visión homogénea de los denunciantes, como grupo, y de las denuncias, como fenómeno, lo que refleja y refuerza nuestra mitología común sobre el tema: que los denunciantes son gente noble de fuerte moral "que defienden lo que es verdadero y justo. Sufren represalias sustanciales, y aunque la mayoría son absueltos, unos pocos no lo son. Pero incluso aquellos que no salen triunfantes al final saben que hicieron lo correcto. Son más valiosos y mejores por la experiencia, aún si siempre les dolerá. Casi todos lo volverían a hacer." [ 4 ] La mitología común de la denuncia afirma que el Bien usualmente gana al final, la figura Rockyesca superando abrumadores obstáculos, David vence a Goleat, el Fénix que renace de las cenizas, Job vence al Demonio, la Tortuga le gana a la Liebre, el Conde de Montecristo obtiene su venganza, el Gladiador mata al maligno Emperador (combatiendo mano-a-mano, nada menos), el comisario de sombrero blanco vence a una centena de hombres de sombrero negro -- con una mano atada en la espalda, nada menos -- y la justicia sale triunfante. Lo absurdamente improbable sólo parece improbable -- ¡así que cobre ánimo, noble ciudadano!
Aún más, este arquetipo satura la Civilización Moderna a todo nivel: la mayor religión de nuestra cultura puede haber ayudado a hacer de la Navidad (el nacimiento de un Salvador) su evento comercial más preciado, pero su mensaje más urgente es que el Creador del Universo envió a su única progenie al mundo a "denunciar" al pecado original, y aunque fue crucificado en la cruz, resucitó en el Cielo y ahora reina supremo, ofreciendo redención eterna a todas las almas que lo acepten y se apresuren en gesto de reverencia . . No se trata de despreocupada insolencia de parte de un No creyente, es el Cristianismo destapado y desnudo con su abrumadoramente ubicuo arquetipo, cargado como está de inspiración y esperanza, pero en gran medida coopcionado para el consumo y manipulación de las masas a cualquier otro nivel.
Este teorema puede ser bueno (o conveniente) para mantener el orden social y generar buenos sentimientos en la ciudadanía, pero nada en él cumple con las propias investigaciones de Alford, y nada en él encaja con mi propia experiencia paralela, habiendo visto "tras la cortina" de nuestra narrativa común.
En lugar de conjunción con este arquetipo, Alford encontró que los denunciantes están profundamente destrozados por su experiencia, incapaces "de asimilar la experiencia, incapaces, esto es de conformarse con lo que han aprendido sobre el mundo. Casi todos dicen que no lo harían de nuevo -- si pudieran escoger . . . " Alford muestra una variedad de diversos ejemplos: el inusualmente alto porcentaje de denunciantes que pierden a sus cónyuges e hijos y se hallan en la bancarrota; aquellos que consideran cometer suicidio; la mayoría -- que casi siempre han cortocircuitado tanto su carrera por "hacer lo correcto" que obtienen una fracción de su anterior, pre-denuncia, salario; y de ahí están las inolvidables historias que golpean la conciencia (como el doctor que denunció un desastre nuclear y que ha sido tan perseguido por fuerzas más poderosas que él que su vida ha sido reducida a la de un chico repartidor de pizza).
Incluso en este punto, el lector debe poder ver la conexión entre las grietas de los mitos generados por el Complejo Industrial Médico y aquellas perpetuadas sobre el hecho de denunciar. Y con todo, incluso amigos cercanos míos se mostraron perplejos cuando les conté sobre los hallazgos de Alford. Después de todo, ¿no son cientos las leyes que protejen a los denunciantes contra las represalias? Oh, seguro que las hay. Toda mitología creíble necesita un soporte. Y Alford enumera una muestra de estas leyes. [ 5 ]
El problema es que, igual que el resto de la moldura que delimita los bordes de nuestra cultura -- incluso la misma democracia, a la cual me refiero en el recuadro adjunto -- es sólo es una decoración. Carece de esencia. Los denunciantes han, por ejemplo, ganado sólo cuatro de casi diezmil casos llegados a las cortes federales bajo el Whistleblower Protection Act (Acta de Protección de Denunciantes) de 1989 -- lúgubre historial si se considera que el propósito mismo del acta era proteger a aquellos que se acercaran con evidencia de fechorías del gobierno o corporativas. [ 6 ]
Alford detalla las muchas herramientas que tienen las grandes organizaciones para destruir las vidas de aquellos que tan sólo intenten hacer conocer sus fechorías fuera de las operaciones del "círculo íntimo". Es posible familiarizarse con esas herramientas y tácticas sólo DESPUÉS de haber cruzado la línea y entrado en otro mundo -- una especie de dimensión "al otro lado del espejo" que sólo los denunciantes comparten.
Esto es lo que Maurice Blanchot llama conocimiento como desastre. "No conocimiento del desastre, sino conocimiento como desastre, porque no puede ser contenido dentro de los marcos y formas de experiencia existentes, incluyendo la narrativa común." [ 7 ]
Para hacer las paces con lo que el denunciante descubre en su vida y en su mundo, "tendría que abandonar las creencias de todo estadounidense cuerdo". ¿Y a qué más debe renunciar el denunciante para poder "escuchar su propia historia"?
  • "Que el individuo importa.
  • Que se puede confiar en la ley y la justicia.
  • Que el propósito de la ley es anular el antojo de individuos poderosos.
  • Que el nuestro es un gobierno de leyes, no hombres.
  • Que el individuo no será sacrificado por el bien del grupo.
  • Que lealtad no equivale a instinto de manada.
  • Que los amigos de uno seguirán siendo leales aunque los colegas de uno no.
  • Que la organización no es fundamentalmente inmoral.
  • Que tiene sentido mantenerse firme y hacer lo correcto. (Tomen esto literalmente: que 'tiene sentido' significa que es una actividad comprensible.)
  • Que alguien, en algún lugar, que está a cargo sabe, se interesa, y hará lo correcto.
  • Que la verdad importa, y alguien querrá saberla.
  • Que siendo correcto y persistente, las cosas resultarán bien a la final.
  • Que aunque ellos no, otras personas sabrán y entenderán.
  • Que la familia es un refugio en un mundo sin corazón. Cónyuges e hijos no te abandonarán el momento que los necesites.
  • Que el individuo puede saber la verdad sobre todo esto, no volverse meramente cínico, cínico a muerte."
Alford cierra esta letanía manifestando que, "No sólo es difícil resignarse a estas verdades, pero cuando uno lo hace finalmente, parece que uno se quedara sin nada . . . ¿Qué satisfacción hay en tener la razón si como consecuencia hay que renunciar a todo lo que uno creía?" [ 8 ]
Es difícil poner en palabras cómo se siente esta transición, si no se ha pasado por ella. Recuerdo que en Febrero de 2004, mientras aún estaba encarcelado en Lafayette, esperando ver con qué tipo de cargos me saldría el Gobierno Federal, mi esposa me envió una carta de parte del Business Advisory Council (Consejo Asesor de Negocios), brazo del Comité Congresional Republicano Nacional. En él, se anunciaba que se me había "escogido como el Hombre de Negocios del Año en Louisiana , y que, como tal, se me haría un homenaje y entrega "de su premio en una ceremonia especial . . . en Washington." Junto con esto vino una foto a cuatro colores, firmada, enmarcable, del Presidente y Primera Dama Bush, una copia del "orden del día", y demás parafernalia del Partido Republicano.
Ahora, por supuesto, todos saben que dichos artilugios son parte esencial de la recaudación de fondos políticos. Nada diferente a ser nominado para ser parte de un Quién es Quién en América, o cualquier "revista de vanidades" similar. Le pude haber simplemente restado importancia, o hacerle una broma a mi "compañerito de celda" sobre "finalmente obtener un permiso de extramuros por una semana fuera de aquí" (nunca ocurre), y en cualquier otra situación, mi respuesta hubiera sido algo igualmente despreocupado.
Pero no lo fue.
Estaba afrontando algo para lo cual no estaba preparado. Pasé los siguientes veinte minutos luego de ese aviso de correo sentado en la litera de mi celda, examinando los materiales de esa carta, tratando de comprender estos nuevos sentimientos, como si estuviera leyendo correspondencia que pertenecía a alguien más -- como si hubiera confiscado el correo de alguien más y estuviera leyendo maliciosamente lo interceptado. No sólo era que no podía asociar la desconexión entre la forma en que el partido político líder -- que había sido MI partido, en MI país -- me estaba tratando frente a los indignantes eventos que me llevaron a prisión. SENTÍA como que era otra persona. SENTÍA que el daño a cualquier resto de fe que tenía en la narrativa común había sido tan completamente demolido que cualquier referencia a la persona que vivió en mi cuerpo ANTES de mi encarcelamiento ya ni siquiera me hablaba a mí. Yo no era la misma persona. No sería nunca más la misma persona. Y no importa cuánto lo pudiera intentar, no podría dar marcha atrás.
Pero, ha habido conformidad al saber que no soy el único que ha tenido esta experiencia.
Para aquellos que se encuentran en el blanco del Complejo Industrial Médico, como yo estuve, o Jason Vale, Michael Forrest, James Kimball, Mike Witort, Dr. Marilyn Coleman, o cualquiera de mis otros amigos y conocidos quienes, como resultado, han "visto detrás de la cortina", existe una nueva realidad que es igual de difícil de cuadrar con la narrativa común como lo es para los denunciantes de Alford. Lleva a un conflicto interno nada menos angustioso. ¿Y a qué debemos renunciar NOSOTROS para "escuchar nuestra propia historia"? Para comprender la verdad sobre el cuidado de la salud en la era moderna, hay que estar dispuesto a aceptar . . .
  • Que hacer dinero es el objetivo principal de la industria de la salud, y aún los actos más nobles están filtrados a través del prisma de una oculta intención de lucro;
  • Que la medicina ortodoxa, como la mayoría de la descendencia del cientifismo moderno, ha sido, será, y tiene que ser resistente al empirismo y todo intento razonable de hacerla de verdad "basada en la evidencia";
  • Que la medicina moderna ha mutilado, envenenado, y asesinado a más gente de la que jamás ha sanado, siendo la iatrogenia la principal causa de muerte en Occidente;
  • Que la medicina moderna NO es superior, eficiente en costo, o más eficaz que una amplia variedad de enfoques alternativos que ha pretendido marginalizar, criminalizar, o simplemente descartar como "puro curanderismo" -- ni lo podrá ser jamás.
  • Que el ocultamiento de sistemas de tratamiento -- ciertamente, el ocultamiento de campos enteros de investigación científica -- que no puede controlar u lucrar de ellos suficientemente, es el legado más duradero de la medicina moderna.
  • Que la medicina moderna carece de circuitos de retro-alimentación para corregirse ella misma y que le permitan reformarse, o que es absolutamente incapaz de ser algo más que un sistema sofisticado de servidumbre financiera.
  • Que en lugar de controlar los excesos egoístas de una selecta élite médica, el Gobierno de los EUA, y en menor magnitud, casi todos los otros gobiernos del Mundo Occidental industrializado, hacen poco más que servir como sus burdeles cinco-estrellas preferidos.
  • Que no hay tal cosa como la Verdad si ella interfiere con los Negocios y estructuras de Poder. O hablando de manera más general y en palabras de Alford: "La sociedad moderna está marcada por múltiples centros de significado . . . (y) el significado tiende a seguir al poder." [ 8b ]
  • Que la ciencia médica, investigación . . . o cualquier subproducto intelctual que un ser humano normal consideraría destilable en un HECHO aceptable por todos, están moldeados alrededor de los objetivos de los negocios. Nunca a la inversa.
  • Que la Historia de la Medicina tal como se la enseña en todo el mundo industrializado es una farsa: presenta una versión agradable del pasado contada de modo persuasivo desde el punto de vista del Sistema Médico, no de los pacientes (víctimas) que lo vivieron.
La Cooptación de Nuestra Necesidad Humana
por Propósito y Significado
"¿Cómo pueden ser verdad estas cosas?" usted se puede preguntar.
¿Acaso si el Poder de verdad funcionara de este modo no sería muy difícil de esconderlo de las Masas?
Horrendo y moralmente repulsivo, aunque lo sea, el Poder trabaja para controlar nuestro propia necesidad básica de encontrar un propósito y significado positivo en contra nuestra. Para quienes comprenden la conexión mente/cuerpo, es obvio que la salud de un individuo está integralmente conectada a su "sentido de propósito" -- que la buena salud mental está sostenida por un muy arraigado "significado en la vida". Esta es la necesidad básica -- esencial para una vida humana saludable, que aquellos en el Poder explotan y coopcionan. Saben que es posible crear mecanismos de poder y control que el Pueblo estará poco dispuesto a creer que existen, aún si lo ven con sus propios ojos. Esto es lo que hace tan fácil de crear una Matriz -- un campo de energía humana que existe para ser cosechada por unos pocos elegidos.
Victor Frankl - Man's Search for Meaning La importancia de encontrar "significado" en la vida de uno se ejemplifica en el caso del Dr. Victor Frankl, acerca de quien hablamos en el Capítulo 3. Frankl, el famoso psiquiatra que sobrevivió el Campo de Concentración de Auschwitz durante la II Guerra Mundial, fue golpeado por un hilo común que marcó a todos los que sobrevivieron: Sabían que sobrevivirían porque sus vidas tenían significado.
Frankl procedió a fundar "La Tercera Escuela Vienesa de Psicoterapia" (detrás de las de Freud y Addison), conocida como Logoterapia, basada en sus hallazgos personales y clínicos a lo largo de su vida. La doctrina más básica de la logoterapia es que la lucha por encontrar un significado en la vida de uno es la principal fuerza motivacional en el hombre -- de hecho, nuestra principal motivación para vivir es nuestro deseo de encontrar el significado de la vida. [ 8c ]
En apariencia, esto puede parecer claro como el agua. Una mente más cínica podría sugerir que el "significado en la vida" es la característica distintiva de las religiones del mundo y la mayor parte de sus sistemas filosóficos. Pero hasta Freud -- un ateo declarado -- lidió con esta pregunta y surgió con "amor y trabajo", como el significado de la vida. Esta es la posición que Alford usa como su llave para abrir la puerta enrejada que los Vestíbulos del Poder intentan mantener cerrada: porque "¿qué pasa (de esta manera) cuando el mundo (que nos rodea) se vuelve desagradable y nuestro trabajo imposible?", pregunta él. "Si el amor no es sólo una descarga psíquica sino una manera de ser en el mundo, entonces esa manera de ser 'demanda que el mundo se nos presente como merecedor de nuestro amor . . . Si el amor no es tan solo un sentimiento sino la fuerza que hace que el mundo dé vueltas, como Freud especulaba . . . entonces amar al mundo y ser capaz de amar el mundo porque es agradable son dos lados de la misma moneda. Hacemos que el mundo sea significativo con nuestro amor, y el mundo hace nuestras vidas significativas siendo agradable. Cuando un compañero falla, ambos lo hacen. El significado de la vida depende de nuestra habilidad de permanecer en una relación amorosa con el mundo. Como cualquier relación amorosa a largo plazo, esto significa que el mundo debe amarnos recíprocamente, aún si esto sólo signifique seguir mereciendo nuestro amor." [ 8d ]
Sólo cuando se ha visto "tras la cortina" se aprende que el mundo el cual ha sido creado por una selecta Élite no merece nuestro amor. ¿Hasta qué punto el Hombre Común se aferrará a una visión del mundo artificialmente creada -- llena de clichés trillados, slogans por el bienestar, y engañosos y sentidos anuncios políticos -- todos con la intención de cooptar la necesidad de significado del hombre?
Hasta un punto muy, muy lejano . . . tan lejano, de hecho, que hasta los denunciantes, quienes han visto lo que hay tras los telones del teatro, son renuentes a creer en sus propias percepciones, a "oír su propia historia".
Tal es la habilidad del hombre para excluir de su campo de visión lo que le podría negar un sentido psicológicamente saludable del mundo.

Cuando Cristóbal Colón recién llegó a lo que hoy son las islas Bahamas, sus hombres se sorprendieron al saber que los locales Arawaks no podían ver sus barcos. No había nada de malo con su vista. No llegaron en la oscuridad de la noche. El impedimento era mental: la sola existencia de tales embarcaciones tenía tan poca relación con la "narrativa común" de los nativos que ellos literalmente no podían ver los barcos. No intentaban no verlos. Simplemente no los veían. [ 8e ]
En la forma como esto se relaciona con el presente volumen, mi argumento es que la mayoría de los ciudadanos del Mundo Occidental no son diferentes a los Arawaks: no pueden hacer frente a lo que la Medicina Moderna es en realidad. Porque ahí dentro hay "embarcaciones" que no concuerdan con su visión fabricada de lo que el mundo debería ser. El suelo de la Élite del poder en donde crece esta abominable vid no es compatible con un sentido saludable de significado. Peor aún, sugiere perversiones incorregibles en las propias bases de la cultura Occidental, cuyo examen cercano requiere una robusta valentía intelectual, emocional y espiritual la cual, creo yo, pocos poseen.

Confrontando los Defectos en
Nuestro Sistema Cultural Operante
Las culturas se moldean con el tiempo, y el camino que siguen está determinado por quienes estén mejor predispuestos a hacer cambios bajo un consenso pasivo -- o talvez no tan pasivo --. En nuestra era, dichos individuos son aquellos que aprovechan mejor los sistemas asimétricos de acumulación de manera que una minoría selecta pueda determinar qué es lo mejor para la mayoría.
El dinero es el rey.
Y sin embargo tan obvia conclusión me parece desagradable e inútil, y no poqrue tema la ira de aquellos que pudieran decir que dicho lenguaje tiene insinuaciones políticas ofensivas. De cierta forma, me parece que se necesita un entendimiento más profundo que requiere que examinemos las raíces si realmente queremos saber porqué están muriendo las flores.
Semejante aventura debe ser meditada y no prestarse para saltar a conclusiones. Si usted consulta a los anarcoprimitivistas, ellos le dirán que el defecto está en la civilización misma -- (ver nota de recuadro). [ 9 ]
No descarto que estos argumentos no sean de peso. Simplemente no sirven a nuestros propósitos.

Estando en prisión, me encontré con la obra de Howard Zinn A People's History of the United States: 1492 - Present (Una Historia Popular de Estados Unidos: 1492 - al Presente) . [ 10 ] No es el tomo provisto por Barzun, documentando 500 años de descenso en Occidente [ 11 ]; ni existe para dar una visión de condena como la tenemos en la obra de Spengler [ 12 ]. No quiere decir que Zinn desperdicia el tiempo haciendo chistes: comienza el libro directamente describiendo las atrocidades de Colón y sus hombres -- y los compañeros españoles que lo siguieron. Genocidio en masa. El exterminio de culturas enteras, pueblos, idiomas. La esclavitud de poblaciones enteras de gente indígena.
La explotación es fundamental para la acumulación.
De inmediato, si no está familiarizado con el trabajo de Las Casas u otros historiadores no-revisionistas de aquella era, caerá preso -- como los denunciantes -- de un conflicto con la "narrativa común", porque nada de lo que presenta Zinn está diseñado para alimentar una mitología común, con su bendito descubrimiento de América y la consecuente "civilización" de los dos continentes de hordas bárbaras.
"La Historia es la memoria de los estados", afirma Zinn, haciendo un alto para citar a Henry Kissinger y sentar las bases del resto de su libro. Y de ahí continúa con su propósito.
"Mi punto de vista, al contar la historia de los Estados Unidos, es diferente; que no debemos aceptar la memoria de los estados como propia. Las Naciones no son comunidades y nunca lo han sido. La historia de cualquier país, presentada como la historia de una familia, encubre fieros conflictos de interés (a veces explotando, más a menudo reprimiendo) entre conquistadores y conquistados, amos y esclavos, capitalistas y trabajadores, dominadores y dominados en raza y sexo. Y en semejante mundo de conflicto, un mundo de víctimas y verdugos, la tarea de la gente pensante . . . no es estar del lado de los verdugos." [ 13 ]
Fue en este punto que me di cuenta de que mi periplo por Meditopia debe tener en cuenta que la narrativa común de la medicina en nuestros días se afianza en la historia que es la "memoria del Estado Médico", y nosotros, ciertamente, nos engañamos si la "aceptamos como propia."
¿Qué pasaría si la Historia de la Medicina no se la contara según el punto de vista de sus promotores financieros? ¿Cómo se vería si se contara con el punto de vista de los pacientes? ¿Cuán distinta se vería la Historia de la Medicina si quienes la contaran fueran los que estuvieron vaciando sus bolsillos durante los últimos miles de años, en lugar de aquellos que se los llenaron?
Llegué a la conclusión de que no es posible reconciliarse con este masivo "Desgarro en la Matriz" sin ofrecer una perspectiva histórica para mis conclusiones más importantes, y éste es el tema de nuestra siguiente sección.
Sin embargo, antes de comenzar a estudiar "A People's History of Medicine" (Una Historia Popular de los Estados Unidos), siento que es importante resaltar este capítulo con un caso histórico específico que enlaza las importantes lecciones recién estudiadas: la abundancia del "patrón de ocultamiento", la negativa de la medicina ortodoxa a aceptar los mejores enfoques terapéuticos cuando amenazan su poder, ganancias, o privilegio; y la cooptación de las técnicas de sanación indígenas, y el reconocimiento final de la VERDADERA CURA sólo luego de que la Verdad sea tan evidente para el Público que más ocultamientos sean contraproducentes.
Examinamos primero la perversa narrativa común con la que, como niños de escuela, nos enseñaron acerca de otra enfermedad con la que el cáncer tiene numerosos paralelos: "escorbuto".

Capítulo 4, Sección 3 >>


Footnotes

  1. C. Fred Alford, Whistleblowers: Broken Lives and Organizational Power (Denunciantes: Vidas Acabadas y Poder Organizacional), p. 3.
  2. Ibid., p. 49.
  3. Ibid., p. 1.
  4. Ibid., p. 1.
  5. Ibid., p. 108.
  6. Ibid., p. 110.
  7. Ibid., p. 50.
  8. Ibid., p. 48-51 . . . 8b: p. 6 8c: Victor E. Frankl, Man's Search for Meaning (El Hombre y su Búsqueda de Significado), p. 119-157 ("Logotherapy in a Nutshell" (Logoterapia resumida)) 8d: Whistleblowers, p. 52. 8e: Candace B. Pert, Ph.D., Molecules of Emotion (Moléculas de Emoción), p. 148. He visto más referencias a este hecho histórico de las que quisiera recordar. Al momento de escribir este libro, no pude encontrar la referencia apropiada en los escritos del mismo Colón, aunque su frecuente presentación de parte de notables autores sugeriría que difícilmente se trata de una creación antojadiza. Utilizo la referencia de Pert aquí porque ella ofrece una base biológica para este fenómeno.
  9. Una buena introducción a esta línea de pensamiento se puede encontrar en la obra de John Zerzan Running on Emptiness: The Pathology of Civilization (Marchando en el Vacío: La Patología de la Civilización) (2002) -- uno de sus trabajos más recientes, el cual recomiendo mucho. La introducción, de Theresa Kintz, p. viii-xviii, es tan elocuente, concisa, y comprensible como cualquiera que yo haya visto en las más grandes polémicas del movimiento anarquista. No concuerdo con todas sus posiciones, pero sí pienso que no se puede ser un intelectual completo en ninguna de las ciencias sociales hoy en día sin estar familiarizado con los argumentos anarquistas.
  10. Howard Zinn, A People's History of the United States: 1492-Present (Una Historia Popular de los Estados Unidos: 1492 - al Presente).
  11. Jacques Barzun, (Del Amanecer a la Decadencia (1500 al Presente): 500 Años de Vida Cultural Occidental.
  12. Oswald Spengler, The Decline of the West (La Decaída de Occidente) (Edición Abridged).
  13. Ver #10, p. 8-9.
  14. Ver #1.
  15. El libro citado es la obra de John Zerzan Running on Emptiness: The Pathology of Civilization (Marchando en el Vacío: La Patología de la Civilización (ver Nota #9, arriba); también está la foto de la portada de su anterior trabajo el cual trata sus tesis más importantes: Against Civilization: Readings and Reflections (Contra la Civilización: Lecturas y Reflexiones).
  16. Howard Zinn, A People's History of the United States : 1492 - Present (Una Historia Popular de los Estados Unidos: 1492 - al Presente). Ver Nota #10.
  17. Ibid., p. 97
  18. William Greider, Who Will Tell the People: The Betrayal of American Democracy (Quién le Dirá al Pueblo: La Traición de la Democracia Estadounidense).
  19. Ibid., p. 11.
  20. Christopher Hitchens, ver: www.opinionjournal.com/editorial/feature.html?id=110006950. Martes, Julio 12, 2005. La obra citada es su Thomas Jefferson: Author of America (Thomas Jefferson: Autor de Estados Unidos).
  21. Derrick Jensen, The Culture of Make Believe (La Cultura de Hacer Creer), p. 580. Esta cita es parte de una entrevista entre el autor Derrick Jensen, un autor líder del movimiento anarquista, y Ramsey Clark, anterior Fiscal General durante la administración Johnson. Ver pp. 576-584. La entrevista en sí ha sido publicada en otros lados (un ejemplo está disponible en línea, cortesía de Derrick Jensen y Sun Magazine). Es una lectura valiosa, altamente recomendada, particularmente a mis amigos en los EUA.
Whistleblowers
Los paralelos existentes entre la "mitología" de los denunciantes (quienes reportan fechorías organizacionales) y la de la medicina organizada son numerosas y constituyen la columna vertebral del contenido de esta página. [ 14 ]
La trama estándar -- que un individuo valiente, altruista, lucha contra corporaciones desalmadas o entidades gubernamentales, es perseguido, pero triunfa al final es "seductora y penetrante".
Aquí está la trama paralela según la medicina organizada y su armada militar en la Food & Drug Administration (FDA):
autoridades médicas valientes, altruistas, luchan contra médicos alternativos desalmados y sus aliados quienes sólo quieren hacer dinero y cobrarle a usted por su medicina curandera (quack en inglés). Los curanderos (quacks) pueden ganar temporalmente, pero al final la medicina organizada vence y la justicia prevalece. ¡Hurra por los buenos muchachos!
¿Suena familiar?
Es pura porquería.

Peter Rost El Dr. Peter Rost (The Whistleblower: Confessions of a Healthcare Hitman (El Denunciante: Confesiones de un Sicario de la Atención Médica) es un buen ejemplo de un denunciante que aún tiene que "oír su propia historia". Vale la pena examinar su situación, primero, porque la mayoría de sus descrubrimientos profesionales son consistentes con el actual volumen, pero en segundo lugar, porque él ha tenido uno de los MEJORES desenlaces de denunciantes que yo jamás haya oído: como resultado de revelar las actividades criminales de sus patrones, primero Pharmacia . . . luego Pfizer, obtuvo lo que casi todos los denunciantes apenas sueñan: mucho tiempo para testificar en Capital Hill [sic - mío], ser expuesto a los medios por montones, elogios y palabras de alabanza de legisladores, importantes periodistas y miles de fanáticos que lo adoraban, y menciones honorables en demasiados blogs de internet como para ser mencionados. ¿El resultado? (Tenga en cuenta que mejor que esto, imposible). Fue calumniado, luego degradado, luego despedido por sus patrones. Su libro está en el #2,300 en Amazon -- sin duda alguna mejor que el puesto #103,000 de Alford, pero aún dista mucho de que pueda pagar sus facturas. El Departamento de Justicia se ha negado a tomar su muy meritorio caso, y . . . está sin seguro médico (dice que no lo puede pagar), desempleado, y probablemente nunca volverá a trabajar en la industria farmacéutica. (Está bien . . . me equivoco -- quizás su vida ESTÁ terminando con una nota alta.) ¿Y la causa por la cual él hizo este gran sacrificio? ¿El derecho de los Ciudadanos Norteamericanos a reimportar medicamentos? ¿Qué habrá pasado con eso?
Nada.
La mismísima meta por la cual Rost renunció a todo no está ni a una pulgada de volverse una realidad.
El libro en sí termina denigrando al actual sistema como "no lo que nuestros padres fundadores vislumbraron", la democracia cayendo a ser una "cleptocracia", y ofrece una predicción sobre la venida de una segunda revolución Estadounidense. Sí falla, por supuesto, al no ver que el sistema actual es el resultado de la primera revolución, o que el actual sistema está EXACTAMENTE alineado con lo que visualizaron los Padres Fundadores: un montón de estratificación de clases, exactamente como debe ser.
Viviendo en un desempleo de $13,000 al año, en lugar de su salario original de $600,000 anuales como Vicepresidente de Pfizer, Rost es uno de los pocos denunciantes que le dirán que "lo haría de nuevo". (Y, sí, pongo en tela de duda la cifra de 84% en un "estudio de 233 denunciantes" que dicen que "sonarían el pito" nuevamente. Así comienza el libro de Rost.

Running on Emptiness Nuestras bibliotecas están llenas de libros que tratan sobre el fraude, la codicia, y la corrupción que saturan la civilización moderna a todos los niveles. El presente volumen trata sobre esta porción del pastel donde la saturación afecta a la atención médica. Y aún en este punto el lector puede ver que mi enfoque es más reformatorio -- al menos en lo relacionado a vivir en una estructura civilizada, social. Así lo hace la mayoría de las obras antes mencionadas. Lo que se persigue es una completa transformación; no una aniquilación total. O, para ponerlo de otra forma, el barrido total de un sistema irreparable de cuidados médicos no es lo mismo que apoyar la destrucción de la civilización en su totalidad. Pocos reformistas del sistema de salud se unirían a esto.
No así con los anarco-primitivistas, de quienes pienso que John Zerzan es actualmente su más elocuente portavoz. [ 15 ]
Para ellos la reforma está fuera de discusión. No se puede tener una transformación de la civilización sin cooptación. ¿Y porqué siquiera lo intentaría usted? La civilización, cuando se la examina con una mentalidad objetiva y fría, no ha aportado nada positivo cualitativamente a la evolución humana que esté por encima de la calidad de vida de los antiguos cazadores / recolectores -- peor: su contribución es social y ecológicamente sustractiva al extremo.
No sólo nuestra civilización.
Cualquier civilización.
Mientras el resto de nosotros forcejea con problemas de transformación, los anarquistas ya lo han decidido. Han tirado la toalla.
Los reformistas, como yo, somos ingenuos, dirían ellos.

Against Civilization Me atrevo a discrepar con los anarquistas en algunos frentes, pero estoy mucho más predispuesto a darles el respeto que merecen que a mis hermanos colegas en la comunidad reformista. De hecho, voy mucho más lejos: no creo que se pueda examinar la reforma de la asistencia médica sin tener en cuenta el peso de sus argumentos. Aportan un tono de gravedad, un lado áspero a sus polémicas, respaldados por una base objetiva y firme, que dificulta a la gente pensante descartarlos sin más. He recomendado a todos mis socios la obra de Zerzan, porque siento que si las metas positivas propuestas por los anarquistas no se encuentran en el cálculo de una solución final a la crisis actual, el resultado será temporal, parches cooptables que sólo retrasan lo inevitable.
Es mucho más peligroso ignorar al anarquista que considerar seriamente su diagnóstico, aún si usted no concuerda con su manera de ver las cosas. Considerar otro rumbo sería el más serio ocultamiento de todos -- intelectualmente deshonesto y moralmente censurable.
La necesidad de este enfoque se respalda en los elementos que son evidentes en el presente capítulo -- más que a menudo me encuentro inconscientemente respaldando los argumentos de los anarquistas. De hecho, si nos limitamos por un momento a la presentación de este capítulo, es fácil llevarse a preguntar: ¿Cuándo HA dado la civilización más a la humanidad -- tal como se ha manifestado ella misma en la medicina moderna -- de lo que le ha despojado de su existencia humana más primitiva e incivilizada? Que incluso yo no pueda surgir con argumentos que contundentemente derroten su posición, es una muestra de cuán desalentador es el problema. Estamos hablando de soluciones a un nivel de una semblanza que PUDIERAN existir, pero que no han existido. Estamos tratando con la civilización y algo que PUDIERA ser no explotadora, pero que no lo ha sido -- como algo que PUDIERA ser saludable para la ecología del hombre: interna y externa, pero no lo ha sido. Estamos haciendo recomendaciones que existen en teoría, pero que no han existido en la práctica. Entonces, nos encontramos -- o me encuentro yo -- en la incómoda posición de tener que tratar principalmente dentro de un marco teórico, con la misma mentalidad a la cual acuso a la medicina de hacer uso en exceso. Dependerá de mis críticas, y de quienes me sigan ayudando a implementar las recomendaciones que vienen más tarde en este libro, el determinar no sólo si se ha logrado una Meditopia . . . sino también si alguna vez sería posible para nuestra especie en primer lugar -- al menos en nuestro actual estado de (sub)desarrollo.

A People's Historyof the United States Si a Alford se le puede dar crédito por demostrar decisivamente que el "mito común" concerniente a los denunciantes está ridículamente fuera de la realidad, entonces a Zinn se le puede dar el crédito de algo aún mayor: [ 16 ]
Su enfoque desconstructivo lleva al lector a un lugar donde éste se da cuenta de la escandalosa mentira que es la perspectiva convencional (leer: "la versión que se enseña en el sistema educacional Estadounidense") en lo concerniente a la Historia de las Américas. Eufemista, egoísta, polarizada hacia la Élite; supresiva hasta el punto en que las minorías, pueblos indígenas, los pobres trabajadores, y los inmigrantes han sido maltratados -- todo esto define el carácter de nuestra "narrativa común" en lo relacionado a nuestra historia. No podemos ser honestos con el mundo, porque no podemos ser honestos con nosotros mismos.

Who Will Tell The People Una de las cosas que más me impresionaron en el libro de Zinn fue el grado en el cual, bajo un cercano examen, la democracia ha sido, a lo largo de la historia, poco más que una herramienta para controlar al público y proveer una suerte de foro y engañosamente convencer al hombre común de que él tiene cierto control sobre su vida. Que el gobierno no existía simplemente para servir a unos pocos privilegiados.
Que la democracia existe para "servir al pueblo", resulta ser tan mitológico como la noción de que la Medicina Moderna existe para servir al paciente. En los EUA, para comprender la Verdad del asunto, el investigador serio debe volver a la escena del crímen: la fundación del País y la creación de la Constitución. "Cuando se ve el interés económico detrás de las cláusulas políticas de la Constitución, entonces el documento se vuelve no sólo el trabajo de hombres sabios intentando establecer una sociedad decente y ordenada, sino el trabajo de ciertos grupos tratando de mantener sus privilegios, mientras le dan apenas suficientes derechos y libertades al resto de la gente para asegurarse el apoyo popular". [ 17 ]
Esta es la razón por la cual uno puede leer obras como la de William Greider que por lo demás es un excelente volumen, Who Will Tell the People: The Betrayal of American Democracy (Quién le Dirá al Pueblo: la Traición de la Democracia Estadounidense), y a menos que hayan visto "al hombre tras la cortina", no comprenderán el punto principal. [ 18 ] Greider abre su introducción poniendo en claro la ubicua perversión de la democracia. "La decaída condición de la Democracia Estadounidense es difícil de comprender, no porque los hechos sean un secreto, sino porque los hechos son visibles en todas partes", dice. [ 19 ] Greider de ahí ocupa la mayor parte de las siguientes 400 páginas mostrando cuán grotesco al punto de hacer dar vueltas la cabeza se ha vuelto el gobierno representativo en los Estados Unidos. Pero claramente Greider pierde el punto principal; un punto que Zinn entiende mucho más claramente.
La democracia no está dejando de hacer honor a su potencial. De hecho, hoy en día le está haciendo PERFECTAMENTE honor a su potencial. La democracia está haciendo exactamente lo que fue diseñada para hacer: traer abundancia a una Élite selecta y proveer un "desahogo" a las masas para disuadirlas de una revolución.
Greider, y millones de personas pro-reforma como él, creen en la reforma. Quieren reparar la Democracia. Pero esto no es posible. No se puede reparar algo si está funcionando precisamente en la forma en la cual sus diseñadores lo quisieron. No hay nada que reparar.

Normalmente, en Occidente uno asocia esta clase de diálogo como forjado en el yunque del pensamiento Marxista. Y si tiene algo que ver con ese feliz grupo de pensadores izquierdistas, no podría haber en ello nada de verdad, ¿o sí? Y sin embargo, aún los estudios más conservadores y capitalistas ocasionalmente caerán filtrando lo evidente de esta realidad. Recuerdo que estando en prisión, me fue enviada mi suscripción al Wall Street Journal. En Julio de 2005, aparece un artículo en la sección de Opinión Editorial, titulado "The Export of Democracy (La Exportación de la Democracia). Escrito por Christopher Hitchens, la pieza derivó, sin duda, de la investigación de su mismo reciente libro, Thomas Jefferson: Author of America (Thomas Jefferson: Autor de Estados Unidos). [ 20 ] El desdeño -- incluso el menosprecio que los padres fundadores tuvieron por la verdadera democracia se revela aquí. Y al citar esta obra, por favor tenga en mente que Jefferson era probablemente el más "liberal" (y uso dicho término en su sentido del siglo 21 y no del 19) entre sus semejantes padres fundadores. (El lector quizás recuerde la frase de Jefferson sobre el penible estado de la medicina en sus tiempos en una página previa). Y sin embargo, como lo recalca Hitchens, resulta simplemente risible asociar a Jefferson con la democracia:
"Si la hipocresía es el elogio que el vicio hace a la virtud," dice Hitchens, "entonces la frecuente asociación del nombre 'Jefferson' con la palabra 'democracia' es testimonio impresionante, incluso de los cínicos, de que su ejemplo ha sobrevivido a su tiempo y su espacio. ¿Hasta qué punto se merece esta asociación de ideas más bien halagadora?"
"Para comenzar, tenemos que tomarle la medida al tiempo. La asociación no se habría considerado en absoluto halagadora por los muchos contemporáneos de Jefferson. La palabra 'democrático' era el término favorito de abuso en la boca de John Adams, quien la equiparaba con un populismo de la clase más vil y con los horrores de las turbas y la insurrección. En esto, él atribuyó familiaridad a un prejuicio común, compartido por muchos aristócratas Conservadores y Franceses -- e incluso por Edmund Burke, a menudo injustamente caracterizado como reaccionario Inglés pero que de hecho era más bien un Liberal Irlandés. 'Si quitas la medida de las cosas, y las cuerdas desafinas,' como está dicho en Troilo y Crésida, 'verás qué gran discordia llega.' Las masas, si se les diera rienda suelta, elegirían para ellas cerveza gratis y derribarían las iglesias y casas de campo que que se habían establecido para mostrar las bendiciones del orden. No puedo encontrar NINGUN uso no-peyorativo en Inglés para la palabra Griega 'democracia' hasta que Thomas Paine la recoje en el primer volumen de The Rights of Man (Los Derechos del Hombre) y la emplea como un término afirmativo de orgullo [en 1791]." (añado énfasis)

"No somos una democracia," ha afirmado el antigüo Fiscal General, Ramsey Clark, "Es un terrible malentendido y una difamación a la idea de la democracia llamarnos así. Somos una plutocracia en el sentido Aristotélico. Somos un gobierno de riqueza. La riqueza se sale con la suya. La concentración de riqueza y la división entre ricos y pobres no tiene par en ningún otro lado." [ 21 ]
No es un acontecimiento reciente.
Se remonta a los inicios de la fundación de los Estados Unidos.
Quizás a sus raíces Helénicas.
O quizás los anarquistas tienen razón después de todo: comenzó con la fundación de la civilización en sí misma.
La evidencia de ello es, tomando prestado a Greider, "en todas partes". Sólo tenemos que ver: nos confronta por la "vergüenza de los ricos" que constituye.
Si no existe la verdadera democracia, entonces en las manifestaciones del cuidado de la salud de la sociedad puede que no haya simetría política entre aquellos que proveen el cuidado y aquellos que lo reciben.
En tal sociedad, la medicina es incapaz de ir más allá de la explotación. Tal sistema no se puede reparar. Sólo se lo puede derrocar.

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